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  1. Jesús ora en Getsemaní -(Mt. 26.36-46; Mr. 14.32-42) -Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi ...

  2. Conclusión. La Oración de Jesús en Getsemaní nos desafía a confiar en la voluntad soberana de Dios, incluso en medio del sufrimiento y la angustia. A través del ejemplo de Jesús, aprendemos la importancia de permanecer en oración y confianza, sabiendo que Dios está presente y dispuesto a consolarnos y fortalecernos en nuestras pruebas.

  3. Estaban ya en el día de la Pascua. "Entonces llegó Jesús con ellos a una finca llamada Getsemaní, y dijo a los discípulos: Sentaos aquí mientras voy allá a orar". Parecía como de costumbre ...

  4. Inmediatamente después de la Última Cena, Jesús se va a orar a un lugar identificado por Mateo y Marcos como el huerto de Getsemaní y por Lucas como Monte de los Olivos. 1 2 . Según el Evangelio de Mateo, fue acompañado por los apóstoles Pedro, Juan y Santiago, a quienes pidió que oraran con él. 3 Lo cuentan los tres evangelistas de la ...

  5. 14 de mar. de 2018 · En su catequesis del 1 de febrero de 2012, Benedicto XVI comenta la oración de Jesús en Getsemaní, una oración hecha en soledad y desde su profunda tristeza, pero una oración que expresa también su relación con el Padre y su total abandono a su voluntad.

  6. 25 de mar. de 2016 · En Getsemaní se remata el altercado de Jesús con Satán, iniciado después del bautismo, en que Jesús comienza su acción mesiánica. Preámbulo de la Pasión, que Jesús mismo llama “bautismo". En Mt 8,29, los demonios le dicen que les atormenta en el tiempo oportuno (pro kairou).

  7. En el libro “La agonía de Cristo», santo Tomás Moro resalta el hecho de que, aunque Judas haya entregado a Jesús para que sea muerto, la muerte de Judas mismo precedió a la de Jesús. De hecho san Mateo nos cuenta que Judas, “después de arrojar las monedas de plata en el Templo, fue y se ahorcó” (Mt 27, 5). ¡Pobre hombre!