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  1. Santa Mónica de Hipona fue una mujer cristiana nacida en el año 332 en Tagaste, actualmente Argelia. Fue madre de San Agustín, uno de los más grandes pensadores de la Iglesia Católica. Su historia es un ejemplo de perseverancia y fe. Mónica se casó con Patricio, un hombre pagano y violento, con quien tuvo tres hijos.

  2. Santa Mónica es la madre de San Agustín, prototipo de madres por su resistencia y oración hasta que llega al cambio de su hijo. Nació en 332 en un día como un día. Sus padres estaban casados por los patricios que eran un buen trabajador, pero un genio fuerte. Él la sufrió con su espantosa y frecuentes brotes de la molestia de su marido.

  3. 26 de ago. de 2019 · El 27 de agosto celebramos a Santa Mónica cuya vida fue la oración regada con la cruz y las lágrimas ante la situación que tenía en su hogar. Nacida el año 332 cerca de Cartago en África ...

  4. 27 de ago. de 2018 · El Papa ora en Santa María La Mayor y en la Basílica de San Agustín. «Por tanto Mónica es definitivamente el modelo de una mujer exitosa. Pero cometió errores. A veces intentaba ocupar el lugar de Dios en el querer a toda costa decidir ella los tiempos de la conversión del hijo, y ocupar el lugar de Agustín en la toma de sus decisiones.

  5. Nacida en el 330 d.C. en Tagaste (actualmente Souk Ahras, Argelia), Santa Mónica es recordada principalmente por sus esfuerzos infatigables y su oración constante por la conversión de su hijo Agustín, quien finalmente se convirtió al cristianismo y posteriormente llegó a ser uno de los padres más influyentes de la Iglesia primitiva.

  6. Memoria de santa Mónica, que, muy joven todavía, fue dada en matrimonio a Patricio, del que tuvo hijos, entre los cuales se cuenta a Agustín, por cuya conversión derramó abundantes lágrimas y oró mucho a Dios. Al tiempo de partir para África, ardiendo en deseos de la vida celestial, murió en la ciudad de Ostia del Tíber.

  7. El legado de Santa Mónica también se puede ver en las enseñanzas y escritos de su hijo Agustín, quien habla sobre la importancia de su madre en su vida y en su conversión al cristianismo. Además, en sus escritos, San Agustín enfatiza la importancia de la oración y la dedicación a Dios, valores que aprendió de su madre.