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  1. El gigante egoísta. Cada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante. Era un jardín amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave. Por aquí y por allá, entre la hierba, se abrían flores luminosas como estrellas, y había doce albaricoqueros que durante la Primavera se ...

  2. 23 de oct. de 2020 · Y el árbol inmediatamente floreció, los pájaros vinieron a posarse y a cantar sobre él y el niñito extendió sus brazos, rodeó con ellos cl cuello del gigante y le besó. Y los otros niños, viendo que ya no era malo el gigante, se acercaron y la primavera los acompañó.-Desde ahora éste es vuestro jardín, pequeñuelos -dijo el gigante.

  3. El corazón del gigante se enterneció al mirar hacia afuera. «¡Qué egoísta he sido! -pensó-. Ya sé por qué la primavera no ha querido venir aquí. Voy a colocar a ese pobre pequeñuelo sobre la cima del árbol, luego tiraré el muro, y mi jardín será ya siempre el sitio de recreo de los niños.».

  4. www.textos.info › oscar-wilde › el-gigante-egoistaEl Gigante Egoísta - textos

    El Gigante Egoísta. Todas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se habían acostumbrado a ir a jugar al jardín del gigante. Era un jardín grande y hermoso, cubierto de verde y suave césped. Dispersas sobre la hierba brillaban bellas flores como estrellas, y había una docena de melocotones que, en primavera, se cubrían de ...

  5. 7 de nov. de 2016 · Audio Cuento para niños de EL GIGANTE EGOÍSTA (OSCAR WILDE) para dormir. Estos cuentos pertenecen a la App para Android e iOS "Playkids Stories" que podéis d...

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  6. Pasaron los años, y el gigante se volvió muy viejo y muy débil. Ya no podía jugar, así que se sentaba en un enorme sillón y miraba jugar a los niños, y admiraba su jardín.-Tengo muchas bellas flores -decía-, pero los niños son las flores más hermosas. Una mañana de invierno miró por la ventana mientras se vestía. Ya no odiaba el

  7. El Gigante Egoísta - Oscar Wilde. Todas las tardes, a la salida de la escuela, los niños se habían acostumbrado a ir a jugar al jardín del gigante. Era un jardín grande y hermoso, cubierto de verde y suave césped. Dispersas sobre la hierba brillaban bellas flores como estrellas, y había una docena de melocotones que, en primavera, se ...