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  1. Catalina II de Rusia, llamada Catalina la Grande fue emperatriz reinante de Rusia durante 34 años, desde el 28 de junio de 1762 hasta su muerte, a los 67 años. Llegó al poder después de derrocar a su marido, Pedro III. Durante su largo reinado, inspirado por las ideas de la Ilustración, Rusia experimentó un renacimiento de la cultura y las ciencias, que condujo a la fundación de muchas ...

  2. 4 de nov. de 2019 · La emperatriz nacida en Alemania fue una política astuta que expandió las fronteras de Rusia mientras intentaba reestructurar el gobierno y ayudar a sus siervos. Un retrato de Catalina la Grande con su traje de coronación tras arrebatarle el trono a su marido, Pedro III, en 1762. ¿Fue Catalina la Grande déspota o filósofa?

  3. 14 de jun. de 2023 · Catalina II la Grande fue una de las líderes más destacadas de la historia de Rusia. Nacida en 1729 en Prusia, se casó con el entonces heredero al trono ruso, Pedro III, en 1745. Sin embargo, tras la muerte de este, Catalina se convirtió en la emperatriz de Rusia en 1762 y gobernaría hasta su muerte en 1796.

  4. 25 de jul. de 2020 · Pie de foto, Catalina la Grande (1729-1796), quien llegó al trono en 1762. A los 14 años de edad, Catalina, ... Pablo I (Pedro no pudo tener hijos con sus muchas amantes, ...

  5. 15 de feb. de 2020 · Ni Catalina la Grande era rusa, ni Gregorio Potemkin príncipe, pero su unión sentimental, que duró décadas pese a no ser oficial, logró transformar a Rusia en una potencia. La emperatriz y el ...

  6. 16 de oct. de 2019 · Arte. Catalina II de Rusia, también conocida como ‘La Grande’, debido a la magnificencia de su gobierno, fue la emperatriz de Todas las Rusias desde 1762-1796, y durante sus 34 años de gobierno engrandeció el gobierno de su predecesor Pedro el Grande hasta el mar Negro, y apostó por el arte, la cultura y la educación.

  7. 3 de ene. de 2011 · Retrato de Catalina la Grande. Fyodor Rokotov. Wikimedia Commons Así se definía a sí misma Catalina de Rusia; el poeta Dierjavine decía de ella que era “un centinela al que no se releva nunca”; adversarios suyos le dieron el apelativo de “Mesalina del norte”; y muchos otros hablaron de ella como la asesina de sus adversarios políticos, incluido su propio marido.