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  1. La aparición de Hecho. Se nos va a narrar lo ocurrido la noche de las vírgenes en la ermita de la piedad de san Lamberto, en el pirenaico valle de Hecho, al norte de la población de Jaca. Expondrá ante el tribunal eclesiástico de la ciudad de Huesca el excelente hermano nuestro y buen señor Pedro de Lazierte, jurando ceñir su relato a la ...

  2. Carlos Teodoro de Baviera el hermano de Sissi. El 9 de agosto de 1839 en el Palacio de Possenhofen en Baviera, nació Carlos Teodoro de Wittelsbach. Era hijo del matrimonio formado por el duque Maximiliano de Baviera y la Princesa Ludovica de Baviera. Por lo tanto, era hermano de la emperatriz de Austria, Elisabeth, más […]

  3. Carlos Teodoro fue conde palatino desde 1742, príncipe elector del Palatinado, duque de Jülich-Berg y desde 1777 príncipe elector de Baviera.

  4. Cuando Carlos Teodoro murió, Baviera y el electorado pasaron a su in, Max José, de b , el hermano menor de Carlos August, que había muerto en 1795. En 1989, Mar E. Thomas argumentó en Theodor y la sucesión bávara , 1777 - 1778 que Carlos Teodoro quería mantener la posesión de su nuevo territorio, como se muestra en su correspondencia diplomática.

  5. Príncipe de Baviera . Con menos de un año de edad perdió a su madre y su padre en 1797 se volvió a casar con Carolina de Baden, con quien tuvo otros ocho hijos. En 1805 Maximiliano se convirtió en rey de Baviera con el nombre de Maximiliano I. Carlo Teodoro se convirtió en consecuencia, después de su hermano Luigi, en pretendiente al trono.

  6. Acechaba como un animal y, pensé viéndolo sobre mí, que todo en él era tanto natural como diabólico. Temí por mi alma devorada en el infierno y por mi carne siendo aplastada bajo sus pies. Gemí profundamente desesperado y tras un paso que dio a escasos metros de mi blandí el crucifijo, ondeándolo frente a mí.

  7. Acechaba como un animal y, pensé viéndolo sobre mí, que todo en él era tanto natural como diabólico. Temí por mi alma devorada en el infierno y por mi carne siendo aplastada bajo sus pies. Gemí profundamente desesperado y tras un paso que dio a escasos metros de mi blandí el crucifijo, ondeándolo frente a mí.