Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. 12 de jul. de 2019 · Para convertirse en Enrique IV de Francia, Enrique de Borbón tuvo que abandonar su confesión protestante para convertirse al catolicismo. A él se le atribuye el tópico de "París bien vale una ...

  2. Por su entrada triunfante en París, le es atribuida al que sería conocido como Enrique IV de Borbón la famosa frase de "París bien vale una misa". Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest

  3. Fue conocida como la Guerra de los Tres Enriques, entre 1584 y 1588, en la que Enrique de Guisa logró tomar París con el apoyo de la población, expulsando a Enrique III y a Enrique IV. Temerosos ambos del poder de Enrique de Guisa y el respaldo español, convocó el rey los Estados Generales para tender una trampa a Enrique de Guisa, en la que fue asesinado.

  4. Enrique IV de Francia (Enrique de Borbón). A menudo es considerado por los franceses como el mejor monarca que ha gobernado su país, siempre intentando mejorar las condiciones de vida de sus súbditos. Se le atribuyen las frases: " París bien vale una misa" , (explicación dada por Enrique de su conversión al catolicismo) y "Un pollo en las ...

  5. París bien vale una misa. Se dice que cuando se exigió al jefe de los hugonotes, Enrique de Navarra, luego Enrique IV, que abjurase del protestantismo para poder ser rey de Francia, exclamó: “París bien vale una misa”, frase que hoy se cita para referirse a las conversiones políticas que traen aparejadas grandes ventajas para aquellos ...

  6. Al renegar de sus creencias pasará a la historia su cínica frase "París bien vale una misa". La frase, “París bien vale una misa”, es un tópico cultural originado en una expresión, probablemente apócrifa, atribuida a Enrique de Borbón o de Navarra, el pretendiente protestante al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar, como el rey Enrique IV.

  7. ENRIQUE comprende que no se siente inclinado a inmolar su vida en combate, así que en 1593, considerando que «París bien vale una misa», vuelve al catolicismo. El hábil canciller de ENRIQUE IV, Maximilien de Bethune, duque de Sully, se mantendrá como hugonote pero continuará sirviendo a su rey.