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El jacobismo fue el movimiento político que intentó conseguir la restauración en los tronos de Inglaterra, Escocia, e Irlanda de la Casa de Estuardo (incluso con posterioridad a 1707, cuando ambos títulos se unieron de facto en el trono del Reino Unido por medio del Acta de Unión ). El movimiento toma su nombre del rey católico Jacobo II ...
14 de ago. de 2020 · Entre los llamados jacobinos estaban Francisco J. Múgica, Cándido Aguilar, Luis G. Monzón, Heriberto Jara, Luis Espinosa, Antonio Madrazo, Froylán Manjarrez y el propio Juan de Dios Bojórquez ...
Jacobinos y girondinos. En la Asamblea Nacional existían dos sectores, ambos pertenecientes a la burguesía y coincidentes en la lucha contra el rey, la nobleza e imponer los principios liberales, pero distanciados con respecto a sus intereses y los medios para lograr sus objetivos. Los empresarios y grandes comerciantes que integraban la gran ...
10 de nov. de 2022 · Esto se conoce como El Terror, ya que, quienes eran acusados como enemigos de la revolución eran rápidamente condenados a ser decapitados en la guillotina. Fue el Comité de Salvación Pública (creada en abril de 1793), el encargado de orquestar estas políticas represivas. Final del gobierno de los jacobinos
Los líderes girondinos fueron los siguientes: Jacques Pierre Brissot (1754-1793): escritor y principal dirigente político de los girondinos. Murió guillotinado por los jacobinos luego de perder el control sobre la Convención Nacional. Nicolás de Condorcet (1743-1794): matemático, filósofo y líder girondino de la Asamblea.
Los jacobinos eran radicales y proponían colocar al pueblo en una posición privilegiada y participativa gubernamentalmente, mediante la utilización de un Estado demócrata centralizado. Buscaban abolir completamente la monarquía en Francia y formar una república en la cual todo ciudadano tuviese derecho a voto.
16 de nov. de 2022 · Además, los jacobinos consolidaron su poder enviando a sus antiguos rivales bajo la cuchilla de la guillotina; los girondinos moderados, los feuillants monárquicos y los viejos aristócratas del régimen murieron uno tras otro, y su sangre llenó las cunetas de París.
