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  1. Pedro de Anjou (1291-29 de agosto de 1315), llamado Tempesta (que significa «tormenta»), fue conde de Éboli desde 1306. Era el octavo hijo de Carlos II de Anjou y María de Hungría. 1 Su sobrenombre proviene de su temperamento tormentoso.

  2. Pedro de Anjou (1291-29 de agosto de 1315), llamado Tempesta (que significa «tormenta»), fue conde de Éboli desde 1306. Era el octavo hijo de Carlos II de Anjou y María de Hungría. Su sobrenombre proviene de su temperamento tormentoso. En 1309, recibió Nocera e Isernia y cambió Montescaglioso por Sorrento y Castellammare di Stabia.

  3. 23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?

  4. Jesús calma la tempestad - Marcos 4:35-41. (Mr 4:35-41) "Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.

  5. La Tempestad es una revista dedicada a la reflexión sobre las artes. Editada en México, identifica lo más innovador de la creación contemporánea –artes visuales, cine, literatura, música, arquitectura, artes escénicas y diseño– para delinear mapas de las formas y los conceptos que definirán el futuro.

  6. Jesús calma la tempestad. 23 Cuando entró Jesús[ a] en la barca, Sus discípulos lo siguieron. 24 Y de pronto se desató una gran tormenta[ b] en el mar de Galilea, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido. 25 Llegándose a Él, lo despertaron, diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!».

  7. Marcos 4:35-5:43. Reina-Valera 1960. Jesús calma la tempestad. ( Mt. 8.23-27; Lc. 8.22-25) 35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la ...