Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. El carné tenía el añadido de un lápiz que colgaba de un cordón o cinta. Los materiales variaban y tenían mucho que ver con la posición económica y el estado civil de la dama: los carnés de nácar eran para la solteras, los de marfil para las casadas y los de azabache para las viudas.

  2. Los mejores 1001 cuentos literarios de la Historia: «Carnet de baile», de Roberto Bolaño. David Ruiz, autor de Manual para coyotes (Menoscuarto, 2012), nos recomienda el cuento de Roberto Bolaño: Carnet de Baile, incluido en el libro Putas asesinas (Anagrama).

  3. 15 de dic. de 2017 · Carné de baile, el complemento seductor del romanticismo. Entre los accesorios y el arsenal de seducción decimonónico de las aristócratas y burguesas pudientes destaca un pequeño objeto, adminículo para los especialistas, que conjuga practicidad, belleza y atractivo en sus versiones más exquisitas. Un complemento femenino que ...

  4. El carné de baile es un tarjetón doblado o un librillo de tamaño pequeño impreso con algunos datos y adornos, que fue indispensable para las damas que asistían a los bailes aristocráticos o de familias importantes del siglo XIX y comienzos del XX; por lo general tenía ya escrito el nombre de las piezas musicales programadas, a ...

  5. 2.-. El carné de baile en el Museo del Romanticismo. El carné de baile fue un complemento femenino imprescindible en los bailes aristocráticos del siglo XIX, aunque su uso se prolongó hasta mediados del siglo XX. En él, las damas apuntaban por riguroso orden de pedida los bailes que les solicitaban los caballeros.

  6. 20 de oct. de 2023 · Descubrir y estudiar estos carnet de baile es como abrir una puerta al pasado y adentrarse en la rica historia de esta expresión artística. Los carnets de baile antiguos son valiosos tesoros culturales que revelan la importancia y organización de los eventos de baile en décadas pasadas.

  7. 6 de sept. de 2012 · Los carnés (carnet) eran objetos aparentemente inocuos, pero su contenido: los nombres de las parejas de baile, se disputaba con discreción y también con ferocidad. No era baladí contar en el carné de baile con los varones de mayor relumbrón y las jovencitas más favorecidas.