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  1. Nicolás Francisco II de Lorena (en francés, Nicolas François de Lorraine; Nancy, 6 de diciembre de 1609-ibidem, 25 de enero de 1670) fue brevemente duque de Lorena y duque de Bar, durante el tiempo transcurrido entre la abdicación de su hermano mayor, Carlos IV, y de su propia renuncia.

  2. Nicolás II (San Petersburgo, 1868 - Yekaterimburgo, 1918) Último zar de Rusia, en quien se extinguió la dinastía Romanov. Accedió al trono en 1894, sucediendo a su padre, Alejandro III de Rusia.

  3. 17 de jul. de 2023 · Una noche de julio de 1918, la dinastía Romanov llegó a su sangriento final cuando Nicolás II, su esposa Alejandra y sus cinco hijos fueron brutalmente asesinados por los bolcheviques.

    • Nicolás II de Lorena1
    • Nicolás II de Lorena2
    • Nicolás II de Lorena3
    • Nicolás II de Lorena4
    • Nicolás II de Lorena5
  4. A instancias de sus consejeros y animado por su primo el emperador alemán, Nicolás se esforzó por extender su influencia en Asia, rivalizando en esta carrera con las potencias occidentales imperialistas; ordenó la intervención de Rusia en la Guerra Chino-Japonesa de 1896, intervino en el establecimiento de la base de Port Arthur en 1898 ...

    • Alejandro III
  5. Nicolás II, el último zar de Rusia, no tenía ni las cualidades ni el deseo de gobernar la Rusia imperial. Nacido en Tsarskoye Selo en 1868, Nicolás era el hijo mayor de Alejandro III, el temible zar que había vuelto a imponer la autocracia y la opresión al imperio ruso tras el asesinato de Alejandro II. El joven Nicholas no podría haber ...

  6. Nicolás II de Rusia. (18/05/1868 - 17/07/1918) Zar ruso. Último zar de Rusia. Reinado: 1 de noviembre de 1894-15 de marzo de 1917. Coronación: 26 de mayo de 1896. Dinastía: Holstein-Gottorp-Románov. Padres: Dagmar de Dinamarca y Alejandro III. Consorte: Alix de Hesse-Darmstadt. Hijos: Olga, Tatiana, María, Anastasia, Alekséi.

  7. 14 de may. de 2024 · El último emperador de la dinastía Romanov era un hombre que no había nacido para reinar. Su carácter tímido y su fe inquebrantable en su propio derecho divino al trono lo hicieron sordo al clamor de un país que necesitaba cambios profundos, precipitando el fin de la Rusia imperial.