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La monarquía de Bélgica es una monarquía constitucional, popular y hereditaria cuyo titular tiene el tratamiento de rey o reina de los belgas (Koning/in der Belgen en neerlandés, Roi/Reine des Belges en francés y König/in der Belgier en alemán) y es el jefe de Estado.
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Bélgica (en neerlandés: België ⓘ; en francés: Belgique ⓘ; en...
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La monarquía de Bélgica es una monarquía constitucional, popular y hereditaria cuyo titular tiene el tratamiento de rey o reina de los belgas y es el jefe de Estado. Desde la independencia del país en 1830 ha habido siete reyes en Bélgica.
Rey de los belgas (en francés: Roi des Belges, en neerlandés: Koning der Belgen, en alemán: König der Belgier) es el título de los monarcas de Bélgica. La denominación rey de Bélgica no se utiliza. Al rey le corresponde, junto con el Gobierno, el poder ejecutivo federal.
En una monarquía, la jefatura del Estado o cargo supremo es: Personal, y estrictamente unipersonal (en algunos casos históricos se han dado diarquías, triunviratos, tetrarquías, y en muchas ocasiones se establecen regencias formales en caso de minoría o incapacidad o valimientos informales por propia voluntad ).
Tres ideas entran en conflicto desde la fundación del estado belga: La nación belga, la orientación hacia Francia o rattachisme o la orientación hacia los Países Bajos u orangisme. La revolución belga tuvo fuertes lazos con la Revolución de Julio y otros acontecimientos de la década de 1830.
La historia de Bélgica se divide tradicionalmente en dos grandes episodios. El primero de ellos es aquel que comprende la historia del conjunto de territorios que formaron en el año 1830 el Estado de Bélgica propiamente dicho (pues nunca fue independiente de un modo estable antes de este año).
