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  1. Las manos de mi madre. [Poema - Texto completo.] Alfredo Espino. Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras. ¡Solo ellas son las santas, solo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman! ¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,

    • Alfredo Espino

      Alfredo Espino. El Salvador: 1900-1928. Poemas; Textos...

  2. Las Manos de Mi Madre, Alfredo Espino: Poema original en análisis. Lectura en audio con IA (en pruebas) Manos las de mi madre, tan acariciadoras, 1. tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras. 2. ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, 3. las que todo prodigan y nada me reclaman! 4.

  3. Alfredo Espino >. Las manos de mi madre. +. -. Escuchar este Poema. Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras. ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman!

  4. 17 de oct. de 2023 · Alfredo Espino. Las Manos de Mi Madre. Poema original: Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras. ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman! ¡Las que por aliviarme de dudas y querellas, me sacan las espinas y se las clavan en ellas!

  5. Yo que llevo en el alma las dudas escondidas, cuando tengo las alas de la ilusión caídas, ¡Las manos maternales aquí en mi pecho son. como dos alas quietas sobre mi corazón! ¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas! ¡Las manos de mi madre perfuman con terneza! Autor del poema: Alfredo Espino.

  6. Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras. ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman! ¡Las que por aliviarme de dudas y querellas, me sacan las espinas y se las clavan en ellas!

  7. Jícaras Tristes (1932) de Alfredo Espino Las Manos de mi Madre. Descargar como . El Dulce Anhelo →. Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras... ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman!