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Hace 20 horas · Un polemista de carisma indudable, con ademanes y rarezas de aristócrata, al que a menudo le temblaba la voz de emoción en sus discursos. La irrupción y muerte de Fortuyn abrieron una brecha en los Países Bajos que no dejaría de agrandarse. El islam se convirtió en la obsesión de la política.