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  1. ANÁLISIS FORMAL. En este cuadro podemos ver como Francisco de Goya plasma uno de los rituales del aquelarre, dando así nombre al cuadro. En el centro se encuentra un macho cabrío sentado y siendo coronado con hojas de parra. El macho cabrío tiene los ojos muy abiertos, según los textos, de él emana luz que ilumina a los presentes en el ...

  2. 12 de sept. de 2018 · Sin embargo, dentro de ese baile oscuro, se destaca El aquelarre (1798), en la que un macho cabrío parece dictar la suerte de aquellos que se sientan en torno suyo. La obra enfatiza un romanticismo incipiente, en la que la pasión se postula sobre el carácter racional del ser humano.

  3. Creada entre 1797 y 1798, el Aquelarre de Francisco de Goya es una evocación al miedo y el prejuicio de la superstición que duró desde el medievo hasta más allá de los años del propio pintor. Es también una sátira, una burla a cómo el imaginario popular pensaba en las brujas.

  4. 21 de jul. de 2021 · En El Aquelarre, el pintor ataca indirectamente a la Inquisición, al fanatismo supersticioso y a aquellos que se beneficiaban del miedo de las personas para obtener ganancias económicas y políticas. El Quitasol, Francisco de Goya y Lucientes, 1777, óleo sobre lienzo, Museo del Prado, Madrid, España.

  5. Compañera de El Aquelarre, Goya nos exhibe una imagen oscura y negativa de una temática empleada por él 40 años en uno de sus cartones más famosos: la Pradera de San Isidro. Todo lo amable y alegre de esta composición se convierte en triste y oscuro en las Pinturas Negras.

  6. 21 de oct. de 2015 · El aquelarre o El gran Cabrón como también se le conoce, representa una reunión de brujas y brujos frente a satán que ha sido representado como un macho cabrío de gran tamaño. Parece ser que la obra representa la iniciación de una nueva bruja que sería la mujer que está junto al cabrón ataviada con una túnica blanca que le cubre incluso la cabeza.

  7. Análisis del cuadro. El lienzo muestra un ritual de aquelarre, presidido por el gran macho cabrío, una de las formas que toma el demonio, en el centro de la composición. A su alrededor aparecen brujas ancianas y jóvenes que le dan niños con los que, según la superstición de la época, se alimentaba.