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  1. Las dos principales estrategias terapeúticas, farmacológica y no farmacológica, tienen hoy en día un soporte basado en la evidencia de numerosos ensayos clínicos.

    • Contreras S. Andrea
    • 2013
  2. Se estima que de un 10 a un 15 % de la población adulta padece insomnio crónico y que un 25 a 35 % ha sufrido un insomnio ocasional o transitorio en situaciones estresantes. El objetivo de este trabajo es proporcionar información actualizada sobre el insomnio: clasificación, causas, diagnóstico diferencial, opciones terapéuticas.

  3. 1 de oct. de 2023 · El insomnio es un proceso patológico que requiere de un adecuado manejo clínico, con la aplicación de una estrategia terapéutica que tenga como objetivo su control. Es crucial establecer el momento en el que aparece el insomnio y determinar si hay alguna patología asociada.

  4. 1 de dic. de 2016 · Resumen. Introducción. El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente, pudiendo presentarse en el 30-40% de la población en algún momento de la vida. El 75% de los casos de insomnio son secundarios a otros trastornos (principalmente psiquiátricos) y el 25% es primario (origen desconocido). Sintomatología.

    • M.A. Álvarez Mon González, F. Ortuño
    • 2016
  5. En este contexto, el objetivo de esta investigación es evaluar la efectividad de una intervención cognitivo y conductual, que pretende mejorar el sueño mediante el cambio de los hábitos deficientes, así como el desafío de los pensamientos, las actitudes y las creencias negativas acerca del mismo.

  6. Los ensayos clínicos han demostrado la eficacia y seguridad del tratamiento farmacológico a corto plazo, en especial con las benzodiazepinas y los agonistas de receptores benzodiacepínicos (BDZ) no benzodiazepínicos; sin embargo, su efectividad a largo plazo ha sido puesta en duda.

  7. Al atender a un paciente con insomnio, el médico debe evaluar en primer lugar sus hábitos del sueño con todo detalle, identificando y solucionando los factores subyacentes que pueden estar contribuyendo al insomnio, como la depresión, el estrés emocional, la apnea del sueño o el abuso de sustancias.