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  1. El estudiante de Salamanca. Parte primera. Era más de media noche, antiguas historias cuentan, cuando en sueño y en silencio lóbrego envuelta la tierra, los vivos muertos parecen, 5 los muertos la tumba dejan. Era la hora en que acaso temerosas voces suenan informes, en que se escuchan tácitas pisadas huecas, 10.

  2. El estudiante de Salamanca. José de Espronceda [Nota preliminar: Edición digital a partir de la edición de Poesías de don José de Espronceda, Madrid, Imp. de Yemes, 1840, cotejada con la edición crítica de Benito Varela Jácome, Madrid, Cátedra, 1979.]

  3. EL ESTUDIANTE DE SALAMANCA PARTE PRIMERA Sus fueros, sus bríos; sus premáticas, su voluntad.—"Quijote", Parte Primera Era más de media noche, Antiguas historias cuentan, Cuando, en sueño y en silencio Lóbrego envuelta la tierra, 5 Los vivos muertos parecen, Los muertos la tumba dejan. Era la hora en que acaso Temerosas voces suenan

    • PARTE PRIMERA
    • PARTE SEGUNDA
    • FRANCO
    • D. DIEGO DE PASTRANA SEIS JUGADORES
    • ESCENA II
    • JUGADOR SEGUNDO
    • JUGADOR TERCERO
    • JUGADOR PRIMERO
    • JUGADOR TERCERO
    • JUGADOR TERCERO
    • JUGADOR SEGUNDO
    • JUGADOR TERCERO
    • Yo de pinturas no entiendo.
    • TODOS
    • D. FÉLIX
    • ESCENA III
    • JUGADOR TERCERO
    • D. DIEGO
    • D. FÉLIX
    • quién fue quien la mató.
    • TODOS
    • JUGADOR PRIMERO
    • JUGADOR SEGUNDO
    • PARTE CUARTA
    • ÁLVAREZ SPIRITUS QUIDEM PROMPTUS EST; CARO VERO

    Sus fueros, sus bríos; sus premáticas, su voluntad. —"Quijote", Parte Primera Era más de media noche, Antiguas historias cuentan, Cuando, en sueño y en silencio Lóbrego envuelta la tierra, Los vivos muertos parecen, Los muertos la tumba dejan. Era la hora en que acaso Temerosas voces suenan Informes, en que se escuchan Tácitas pisadas huecas, pavor...

    No dirge except the hollow sea's Mourns o'er the beauty of the Cyclades. BYRON, "Don Juan," Canto Está la noche serena De luceros coronada, Terso el azul de los cielos Como trasparente gasa. Melancólica la luna Va trasmontando la espalda Del otero, su alba frente Tímida apenas levanta, el horizonte ilumina, Pura virgen solitaria, en su blanca luz s...

    Paro los ojos. Los ojos, sí, los ojos: que descreo Del que los hizo para tal empleo. MORETO, "San Franco de Sena" PERSONAS D. FÉLIX DE MONTEMAR

    En derredor de una mesa Hasta seis hombres están, Fija la vista en los naipes, Mientras juegan al parar; en sus semblantes se pintan El despecho y el afán: Por perder desesperados, Avarientos por ganar. Reina profundo silencio, Sin que lo rompa jamás Otro ruido que el del oro, una voz para jurar. Pálida lámpara alumbra Con trémula claridad Negras d...

    Galán de talle gentil, La mano izquierda apoyada En el pomo de la espada, Y el aspecto varonil, Alta el ala del sombrero Porque descubra la frente, Con airoso continente Entró luego un caballero. JUGADOR PRIMERO (al que entra) Don Félix, a buena hora Habéis llegado. D. FÉLIX ¿Perdisteis?

    Don Félix de Montemar Debe perder. El amor Le negara su favor Cuando le viera ganar. D. FÉLIX (con desdén) Necesito ahora dinero, Y estoy hastiado de amores. (Al corro con altivez) Dos mil ducados, señores, Por esta cadena quiero. (Quítase una cadena que lleva al pecho.)

    Alta ponéis la tarifa. D. FÉLIX (con altivez) La pongo en lo que merece. Si otra duda se os ofrece, Decid. (Al corro) Se vende y se rifa. JUGADOR CUARTO (aparte) ¿Y hay quien sufra tal afrenta? D. FÉLIX Entre cinco están hallados. A cuatrocientos ducados Os toca, según mi cuenta. Al as de oros. Allá va. (Va echando cartas que toman los jugadores en...

    Ya ganó. D. FÉLIX Suerte tenéis. A un solo golpe de dados Tiro los dos mil ducados.

    ¿En un golpe? JUGADOR PRIMERO (a Don Félix) Los perdéis. D. FÉLIX Perdida tengo yo el alma, Y no me importa un ardite. JUGADOR TERCERO Tirad. D. FÉLIX Al primer envite. JUGADOR TERCERO Tirad pronto. D. FÉLIX Tened calma: Que os juego más todavía, en cien onzas hago el trato, os lleváis este retrato Con marco de pedrería. JUGADOR TERCERO ¿En cien on...

    ¿Tiro? D. FÉLIX Tirad con sesenta De a caballo. (Todos se agrupan con ansiedad alrededor de la mesa. El tercer jugador tira los dados.)

    ¡Mil demonios, que a los dos Nos lleven! D. FÉLIX (con calma al primero) ¡Bien, vive Dios, Vuestros ruegos me han valido! Encomendadme otra vez, Don Juan, al diablo; no sea Que si os oye Dios, me vea Cautivo y esclavo en Fez.

    Don Félix, habéis perdido Sólo el marco, no el retrato; Que entrar la dama en el trato Vuestra intención no habrá sido. D. FÉLIX ¿Cuánto dierais por la dama? JUGADOR TERCERO Yo, la vida. D. FÉLIX No la quiero. Mirad si me dais dinero, Y os la lleváis. JUGADOR TERCERO ¡Buena fama Lograréis entre las bellas, Cuando descubran altivas Que vos las hacéi...

    D. FÉLIX (con cólera) Vos habláis con demasiada Altivez e irreverencia De una mujer ... ¡y si no....! JUGADOR TERCERO De la pintura hablé yo.

    Vamos, paz; no haya pendencia. D. FÉLIX (sosegado) Sobre mi palabra os juego Mil escudos.

    otra suerte de esos dados; el diablo les prenda fuego.

    Pálido el rostro, cejijunto el ceño, torva la mirada, aunque afligida, en ella un firme y decidido empeño De dar la muerte o de perder la vida, Un hombre entró embozado hasta los ojos, Sobre las juntas cejas el sombrero; Víbrale al rostro el corazón enojos, El paso firme, el ánimo altanero. Encubierta fatídica figura.— Sed de sangre su espíritu sec...

    Sí. La fortuna Se trocó; tiro y van dos. (Vuelven a tirar.) D. FÉLIX Gané otra vez. (Al embozado) No he entendido Qué dijisteis, ni hice aprecio De si hablasteis blando o recio Cuando me habéis respondido.

    A solas hablar querría. D. FÉLIX Podéis, si os place, empezar, Que por vos no he de dejar Tan honrosa compañía; Y si Dios aquí os envía Para hacer mi conversión, No despreciéis la ocasión De convertir tanta gente, Mientras que yo humildemente Aguardo mi absolución. D. DIEGO (desembozándose con ira) Don Félix, ¿no conocéis A Don Diego de Pastrana?

    A vos no, mas sí a una hermana Que imagino que tenéis. D. DIEGO ¿Y no sabéis que murió? D. FÉLIX Téngala Dios en su gloria. D. DIEGO Pienso que sabéis su historia,

    D. FÉLIX (con sarcasmo) ¡Quizá alguna calentura! D. DIEGO ¡Mentís vos! D. FÉLIX Calma, Don Diego, Que si vos os morís luego, Es tanta mi desventura Que aun me lo habrán de achacar, es en vano ese despecho. Si se murió, a lo hecho, pecho. Ya no ha de resucitar. D. DIEGO Os estoy mirando y dudo Si habré de manchar mi espada Con esa sangre malvada, ec...

    Fuera de aquí A armar quimera. D. FÉLIX (con calma levantándose) Tened, Don Diego, la espada, y ved Que estoy yo muy sobre mí, Y que me contengo mucho, No sé por qué, pues tan frío En mi colérico brío Vuestras injurias escucho. D. DIEGO (con furor reconcentrado y con la espada desnuda) Salid de aquí; que a fe mía, Que estoy resuelto a mataros, no a...

    Este Don Diego Pastrana Es un hombre decidido. Desde Flandes ha venido Sólo a vengar a su hermana.

    ¡Pues no ha hecho mal disparate! Me da el corazón su muerte.

    Salió, en fin, de aquel estado, para caer en el dolor más sombrío, en la más desalentada desesperación y en la mayor amargura y desconsuelo que pueden apoderarse de este pobre corazón humano, que tan positivamente choca y se quebranta con los males, como con vaguedad aspira en algunos momentos, casi siempre sin conseguirlo, a tocar los bienes liger...

    INFIRMA.—S. MARCOS, "Evangelio" Vedle, Don Félix es, espada en mano, Sereno el rostro, firme el corazón; También de Elvira el vengativo hermano Sin piedad a sus pies muerto cayó. con tranquila audacia se adelanta Por la calle fatal del Ataúd; ni medrosa aparición le espanta, Ni le turba la imagen de Jesús. La moribunda lámpara que ardía Trémula lan...

  4. José de Espronceda; Ver más. El estudiante de Salamanca [Ebook] Subir; Índice; Ficha

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