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  1. León Tolstoi Guerra y paz PRIMERA PARTE I Bien. Desde ahora, Génova y Lucca no son más que haciendas, dominios de la familia Bonaparte. No. Le garantizo a usted que si no me dice que estamos en guerra, si quiere atenuar aún todas las infamias, todas las atrocidades de este Anticristo (de buena fe,

  2. 19 de nov. de 2019 · Descargar Guerra y Paz I gratis en formato PDF y EPUB. Descargar Guerra y Paz I, de León Tolstói para kindle, tablet, IPAD, PC o teléfono móvil.

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    • -¿Y nuestra mesa de té?
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    • Rostov vio que el Emperador tenía los ojos llenos de lágrimas, y, mientras se iba, oyó que decía a Czartorisky:
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    • -Ya daré la orden.
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    • A Pedro érale casi imposible contener los sollozos y corrió hacia Dolokhov. Disponíase a atravesar la raya indicadora de los campos fijados, cuando Dolokhov gritó:
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    El salón de Ana Pavlovna comenzaba a llenarse paulatinamente. La alta sociedad de San Petersburgo afluía a él, es decir, las más diversas personas por la edad y por el carácter, pero todas pertenecientes en absoluto al mismo medio: la hija del príncipe Basilio, la bella Elena, que venía en busca de su padre para acompañarlo a la fiesta que se celeb...

    La velada de Ana Pavlovna estaba en su apogeo. Los husos trabajaban regularmente y por doquier producían un ruido continuado. Los invitados formaban tres grupos. Uno de ellos, donde predominaban los hombres, parecía dirigido por el Abate. En otro, constituido por jóvenes, encontrábase la encantadora princesa Elena, hija del príncipe Basilio, y la p...

    Ana Pavlovna, con una sonrisa amable, prometió ocuparse de Pedro, que, tal como ella sabía, era pariente del príncipe Basilio por parte de padre. -¿Qué le parece a usted esa comedia de la coronación de Milán?- preguntó Ana al príncipe Andrés-. ¿Y esa otra comedia del pueblo de Lucca y de Génova, que presentan sus homenajes a monsieur Bonaparte, sen...

    En la habitación de al lado oíase un rumor de ropa femenina. El príncipe Andrés se estremeció como si despertase, y su rostro adquirió la expresión que tenía en el salón de Ana Pavlovna. Pedro retiró las piernas del diván. Entró la Princesa. Llevaba un vestido de casa, elegante y fresco. El príncipe Andrés se levantó y amablemente le ofreció una bu...

    En casa de los Rostov se celebraba la fiesta de las dos Natalias, la madre y la hija menor. Desde por la mañana, las berlinas conducían a las visitas. Llegaban y desfilaban ante el gran palacio de la condesa Rostov, muy conocida de todo Moscú, situado en la calle Povarskaia. La Condesa, con la hija mayor y las visitas que se sucedían incesantemente...

    Se extinguió la conversación. La Condesa miraba a la Princesa con una sonrisa amable, sin ocultar, sin embargo, que no la molestaría poco ni mucho que se levantase y se fuera. La hija de la visitante alisábase ya los pliegues del vestido y miraba interrogadoramente a su madre, cuando de pronto, desde la habitación vecina, cercana a la puerta, se oy...

    Sin contar a la hija mayor de la Condesa, Vera- que tenía cuatro años más que la pequeña y se consideraba un personaje-, y la hija de la visitante, de todo el grupo de jóvenes tan sólo Nicolás y Sonia, la sobrina, quedaron en el salón. Sonia era una jovencita morena, poco desarrollada, de ojos dulces sombreados por unas largas pestañas; una gruesa ...

    Hijo mío- dijo la princesa Mikhailovna a Boris cuando el coche de la condesa Rostov, que les conducía, atravesó la calle cubierta de paja y entró en el amplio patio del conde Cirilo Vladimirovitch Bezukhov-, hijo mío, sé amable y escucha con complacencia. El conde Cirilo Vladimirovitch es tu padrino. De él depende tu carrera. Acuérdate, hijo mío. S...

    Pedro todavía no había sabido escoger una carrera en San Petersburgo, y, en efecto, había sido desterrado a Moscú por su carácter alocado. La historia contada en casa de la condesa Rostov era totalmente exacta. Pedro había tomado parte en la anécdota del policía y del oso. Hacía pocos días que había llegado y, como de costumbre, se había instalado ...

    La Condesa Rostov, sus hijas y un gran número de invitados se encontraban en la sala. El Conde acompañaba a los caballeros a su gabinete con objeto de enseñarles su magnífica colección de pipas turcas. En aquella habitación llena de humo hablábase de la guerra, anunciada ya por un manifiesto, y de la orden de incorporación a filas. El Conde se hall...

    La servidumbre preparaba las mesas de juego. Se organizaron las partidas de boston y los invitados se diseminaron por los dos salones, el invernadero y la biblioteca. El Conde, con la baraja en la mano, apenas podía sostenerse, porque tenía la costumbre de dormir la siesta, y sonreía a todo. Los jóvenes, conducidos por la Condesa, se agruparon en t...

    Mientras en el salón de los Rostov se bailaba la sexta inglesa al son de una orquesta que desafinaba debido al cansancio de los músicos, y mientras los criados preparaban la cena, el conde Bezukhov sufría el sexto ataque. Declararon los médicos que no había ya ninguna esperanza. Se leyeron al enfermo las oraciones de la confesión. Comulgó y se hici...

    Pedro conocía perfectamente aquella gran alcoba dividida por arcos y columnas y cubierta de tapices persas. Más allá de las columnas, a un lado, hallábase un gran lecho de caoba con dosel y cortinas de seda, y en el otro un enorme altar lleno de iconos. Todo este lado estaba iluminado a diario, como las iglesias durante el oficio vespertino. Dentro...

    En el recibidor no quedaban ya más que el príncipe Basilio y la Princesa mayor, que hablaba con gran animación sentada bajo el retrato de Catalina. En cuanto vieron a Pedro y a su guía callaron. A Pedro le pareció que la Princesa escondía alguna cosa. La Princesa dijo al Príncipe en voz baja: «No puedo ver esta mujer.»- Katicha ha hecho servir el t...

    En Lisia Gori, en las tierras del príncipe Nicolás Andreievitch Bolkonski, se esperaba de un día a otro la llegada del príncipe Andrés y la Princesa. No obstante, la espera no trastornaba el orden severo con que discurría la vida en casa del viejo príncipe. El general en jefe príncipe Nicolás Andreievitch, a quien la sociedad rusa denominaba con el...

    El viejo criado hallábase sentado en su lugar de costumbre y escuchaba los ronquidos del Príncipe. En el gran gabinete, situado en el ala extrema de la casa, podían oírse, a través de las puertas cerradas, los pasajes difíciles de la Sonata de Dussek repetidos por vigésima vez. En aquel momento, un coche se detuvo a la entrada y el príncipe Andrés ...

    El príncipe Andrés partía al día siguiente por la noche. Su padre, una vez hubo terminado de comer, se retiró a sus habitaciones sin modificar en nada sus hábitos. La pequeña Princesa hallábase en las habitaciones de su cuñada. El príncipe Andrés, vestido de viaje, sin charreteras, hacía las maletas en su habitación con ayuda del criado. Después de...

    Kutuzov se había replegado hacia Viena, destruyendo tras de sí los puentes del Inn en Braunau y el del Traun en Lintz. El 23 de octubre, las tropas rusas pasaban el Enns. Los furgones de la artillería y las columnas del ejército pasaron el Enns en pleno día, desfilando a cada lado del puente. El tiempo era bochornoso y llovía. Ante las baterías rus...

    Dos granadas enemigas habían atravesado el puente, produciendo un gran remolino. El príncipe Nesvitzki echó pie a tierra. Hallábase en medio del puente y apoyó su enorme cuerpo contra la baranda. Volvióse y llamó al cosaco que, con los dos caballos cogidos por la brida, marchaba algunos pasos más atrás. En cuanto el príncipe Nesvitzki intentaba ava...

    El resto de la infantería atravesaba el puente a paso de maniobra, apelotonándose a la salida. Una vez hubieron pasado todos los carros, los empujones dejaron de ser tan violentos y el último batallón penetró en el puente, únicamente los húsares de Denisov manteníanse al otro extremo del puente, frente al enemigo. Éste, que se distinguía a lo lejos...

    A las cuatro de la tarde, el príncipe Andrés, que había reiterado con insistencia su demanda a Kutuzov, se presentó en el campamento de Bagration. El ayudante de campo de Bonaparte no había vuelto al destacamento de Murat y el combate no había empezado aún. Nada se sabía en el destacamento de Bagration de la marcha general de las cosas, y se hablab...

    El príncipe Andrés, a caballo, se detuvo para contemplar la columna de humo de un cañón que acababa de disparar. Sus ojos recorrieron el amplio horizonte. Vio tan sólo que las masas de soldados enemigos, inmóviles hasta momentos antes, comenzaban a moverse y que, a la izquierda, como había sospechado, estaba emplazada una batería. Aún no se había d...

    Llegado al punto culminante del flanco derecho de las tropas rusas, el príncipe Bagration comenzó a descender hacia donde se dejaba oír un continuado fuego y donde nada se veía, consecuencia de la espesa humareda de la pólvora. Cuanto más se acercaba al llano, más difícil se hacía el ver las cosas, pero más sensible la proximidad del verdadero camp...

    El ataque del sexto de cazadores aseguraba la retirada del flanco derecho. En el centro de la posición, la olvidada batería de Tuchin, que había conseguido incendiar Schoengraben, paraba el movimiento enemigo. Los franceses se dirigieron a apagar el fuego, que el viento propagaba, y esto dio tiempo para preparar la retirada. En el centro de la posi...

    El viento se calmaba. Las nubes negras que pasaban bajas sobre el campo de batalla en el horizonte se confundían con el humo de la pólvora. En dos lugares aparecieron más claros entre la oscuridad los resplandores del incendio. Se debilitó el cañoneo, pero el ruido de los disparos de fusil en la retaguardia y a la derecha continuaba cada vez más ce...

    En el mes de noviembre de 1805, el príncipe Basilio había de efectuar un viaje de inspección a cuatro provincias. Se había proporcionado este nombramiento para visitar de paso sus arruinadas fincas y para ir en compañía de su hijo Anatolio, a quien había de recoger en la ciudad donde se hallaba de guarnición, a casa del príncipe Nicolás Andreievitc...

    Poco después de Navidad, Nicolás declaró a su madre el amor que sentía por Sonia y su deseo irreductible de casarse con ella. La Condesa, que hacía mucho tiempo se daba cuenta de lo que pasaba entre Sonia y Nicolás, y por tanto esperaba aquella declaración, escuchó en silencio las palabras de su hijo, le dijo que podía casarse con quien quisiera, p...

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  3. 6 de dic. de 2010 · Guerra y paz. by. Tolstoy, Leo, graf, 1828-1910. Publication date. 1974. Topics. Napoleon I, Emperor of the French, 1769-1821, Napoleonic Wars, 1800-1815. Publisher. Barcelona : Editorial Bruguera.

  4. 19 de nov. de 2019 · Instructions. Download Guerra y Paz I free in PDF & EPUB format. Download León Tolstói's Guerra y Paz I for your kindle, tablet, IPAD, PC or mobile.

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