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  1. 19 de abr. de 2023 · Resulta interesante analizar los espacios que crea, las dicotomías entre la vida y la muerte, el mundo y su representación, el pasado y el futuro al igual que la relación sentimental subyacente en relación a la figura de Laurina. La gran miseria humana (c.1918). [Laurina Palma] Una noche de misterio, estando el mundo dormido,

  2. Contesta, miseria humana. Aquí donde no hay tropel calavera sin resabios; di: ¿ qué se hicieron tus labios tan rojos como el clavel, y dulces como la miel de la campiña romana esos tus labios de grana llenos de pasión mentida, qué se hicieron en la vida? responde, miseria humana. Calavera a quien feliz besa la luna de plata,

  3. Este trabajo intenta demostrar cómo el discurso necropoético que el poeta colombiano Gabriel Escorcia Gravini (1892-1920) despliega en su poema “La gran miseria humana” (1918), cuestiona las aparentemente inmóviles fronteras estéticas y políticas que separan al aislado caribe colombiano del resto de las ciudades del interior del país.

  4. 21 de may. de 2024 · Sociedad May 21, 2024. ‘La Gran miseria humana’: redescubriendo al poeta Gabriel Escorcia Gravini. El escritor Fabián Buelvas González contó a EL HERALDO cómo investigó la vida del poeta soledeño y cuál es la importancia de resaltar su obra en la cultura costeña. Por: Sheyla Stefanell.

  5. Gabriel Antonio Escorcia Gravini (Soledad, 19 de marzo de 1891-Soledad, 28 de diciembre de 1920) fue un poeta colombiano, autor de la décima "La gran miseria humana". [1] A pesar de su corta existencia, se le conoce como uno de los mejores poetas de la historia del municipio de Soledad. [2]

  6. Es en este contexto que compone su célebre décima «La gran miseria humana«, una obra que, a pesar de su doloroso trasfondo, brilla con una inquietante belleza poética. La poesía de Escorcia Gravini, arraigada en la tradición oral de la Costa Colombiana, ha trascendido el tiempo y el espacio.

  7. La gran miseria humana 1918. Una noche de misterio estando el mundo dormido buscando un amor perdido pasé por el cementerio. Desde el azul hemisferio la luna su luz ponía sobre la muralla fría de la necrópolis santa en donde a los muertos canta el búho su triste elegía. La luna sus limpideces. las tumbas ofrecía.