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  1. Poema 21. Ay de mí, ay de nosotros, bien amada, sólo quisimos sólo amor, amarnos, y entre tantos dolores se dispuso. sólo nosotros dos ser malheridos. Quisimos el tú y yo para nosotros, el tú del beso, el yo del pan secreto, y así era todo, eternamente simple, hasta que el odio entró por la ventana.

  2. Pablo Neruda. Soneto XXII. Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, en regiones contrarias, en un mediodía quemante: eras sólo el aroma de los cereales que amo. Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa. en Angol, a la luz de la luna de Junio,

  3. Poema 21. ESTA vez dejadme ser feliz, nada ha pasado a nadie, no estoy en parte alguna, sucede solamente que soy feliz por los cuatro costados del corazón, andando, durmiendo o escribiendo. Qué voy a hacerle, soy feliz. Soy más innumerable que el pasto en las praderas, siento la piel como un árbol rugoso y el agua abajo, los pájaros arriba ...

  4. Soneto XXII, Pablo Neruda. Soneto XXII. , Pablo Neruda. ¿Cuándo? Publicado en 1959, en el libro Cien sonetos de amor . Acompañe la lectura del poema en audio. Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, 1.

  5. Poema 21, testigo de nuestro amor fugaz, sigue latiendo en los versos que escribo, en cada palabra, en cada verso, te encuentro y te llevo conmigo. Pablo Neruda, poeta del amor y la pasión, en tus versos encuentro consuelo y razón, y aunque ya no estés aquí para escribirlos, tu legado vive en cada corazón. Así, con la pluma y la inspiración,

  6. Pablo Neruda (1904 - 1973) fue uno de los poetas más importantes del siglo XX. A continuación, se realiza un breve recorrido por algunos de los poemas más populares de su producción, desde sus inicios (1923) hasta sus últimas publicaciones (1970).

    • Soneto 22
    • Poema 1
    • Si Tú Me Olvidas
    • Poema 12
    • Poema 4
    • Amor
    • Poema 7
    • Cien Sonetos de Amor
    • Era MI Corazón Un Ala Viva Y Turbia…
    • Amiga, No Te Mueras

    Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, en regiones contrarias, en un mediodía quemante: eras sólo el aroma de los cereales que amo. Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa en Angola, a la luz de la luna de Junio, o eras tú la cintura de aquella guitarra que toqué e...

    Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar al hijo del fondo de la tierra. Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros, y en mí la noche entraba en su invasión poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, ...

    Quiero que sepas una cosa. Tú sabes cómo es esto: si miro la luna de cristal, la rama roja del lento otoño en mi ventana, si toco junto al fuego la impalpable ceniza o el arrugado cuerpo de la leña, todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan. Ahora b...

    Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma. Es en ti la ilusión de cada día. Llegas como el rocío a las corolas. Socavas el horizonte con tu ausencia. Eternamente en fuga como la ola. He dicho que cantabas en el viento como los pinos y como los mástiles....

    Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano. Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos. Innumerable corazón del viento latiendo sobre nuestro silencio enamorado. Zumbando entre los árboles, orquestal y divino, como una lengua llena de guerras y de cantos. Viento que lleva en rápido rob...

    Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte la leche de los senos como de un manantial, por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal. Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal, porque tu ser pasara sin pena al lado mío y saliera en la estrofa -limpio de todo m...

    Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma. Es en ti la ilusión de cada día. Llegas como el rocío a las corolas. Socavas el horizonte con tu ausencia. Eternamente en fuga como la ola. He dicho que cantabas en el viento como los pinos y como los mástiles....

    Desnuda eres tan simple como una de tus manos: lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente. Tienes líneas de luna, caminos de manzana. Desnuda eres delgada como el trigo desnudo. Desnuda eres azul como la noche en Cuba: tienes enredaderas y estrellas en el pelo. Desnuda eres redonda y amarilla como el verano en una iglesia de oro. Desnuda eres p...

    Era mi corazón un ala viva y turbia... un ala pavorosa llena de luz y anhelo. Era la primavera sobre los campos verdes. Azul era la altura y era esmeralda el suelo. Ella -la que me amaba- se murió en primavera. Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo. Ella -la que me amaba- cerró sus ojos... tarde. Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos. E...

    Amiga, no te mueras. Óyeme estas palabras que me salen ardiendo, y que nadie diría si yo no las dijera. Amiga, no te mueras. Yo soy el que te espera en la estrellada noche. El que bajo el sangriento sol poniente te espera. Miro caer los frutos en la tierra sombría. Miro bailar las gotas del rocío en las hierbas. En la noche al espeso perfume de las...