Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. por Lecturas Cortas. PDF. «El Clavo»es un cautivador cuento de los Hermanos Grimm que narra la historia de un mercader y su desafortunada decisión de ignorar un pequeño detalle. Este relato nos lleva a través de un viaje lleno de lecciones sobre la importancia de los detalles y la previsión.

  2. 13 de may. de 2024 · El tornillo y el clavo. Todos hemos sido diseñados por Dios con una función específica. Cada una de las cualidades, rasgos físicos, dones y talentos que conforman a una persona han sido otorgados por el Padre Creador. «Aprendamos a valorar lo que nos ha sido dado por Dios y tengamos presente que somos el reflejo de su inmenso amor».

  3. 13 de abr. de 2013 · Los clavos y las personas que queremos. Había una vez un niño que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debía clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa.

    • 3 min
  4. En el relato «El Niño y los Clavos», se evidencia cómo lo que decimos puede ser tan penetrante y duradero como un clavo incrustado en una valla. El cuento narra la historia de un niño cuyas palabras impulsivas y a menudo hirientes son comparables a clavos que su padre le instruye a clavar en una cerca cada vez que pierde el control.

  5. El primer día clavó 37 clavos. Durante las semanas siguientes se concentró en controlarse y día a día disminuyó la cantidad de clavos nuevos en la cerca. Había descubierto que era más fácil controlarse que clavar clavos. Finalmente llegó un día en el que ya no clavaba ningún nuevo clavo. Entonces fué a ver a su padre para ...

  6. Historias con enseñanzas Reflexiones Cristianas. Historia: Los clavos en la puerta. Juan era un niño como todos, aparentemente con una vida normal, acorde a su edad, pero tenía un problema con su mal carácter. Sus padres habían notado la gravedad de ese problema.

  7. 2 de may. de 2024 · Esta historia refleja la gran importancia de controlar el temperamento y las emociones. Había una vez un niño que tenía muy mal genio. Su padre decidió entregarle una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera los estribos, tenía que clavar un clavo en la cerca.