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El gato con botas (versión larga) Un molinero dejó, como única herencia a sus tres hijos, su molino, su burro y su gato. El reparto fue bien simple: no se necesitó llamar ni al abogado ni al notario.
Aquel joven que antes fue pobre se había convertido en un príncipe gracias a la astucia de un gato. El joven nunca olvidó los favores del gato con botas y lo recompensó con una capa, un sombrero y un par de botas nuevas.
Cuento de El Gato con Botas: adaptación del cuento de los Hermanos Grimm. Érase una vez un molinero que tenía tres hijos. El hombre era muy pobre y casi no tenía bienes para dejarles en herencia. Al hijo mayor le legó su viejo molino, al mediano un asno y al pequeño, un gato.
El Gato con Botas - Cuento de hadas de los Hermanos Grimm. Tiempo de lectura para niños: 12 min. Érase una vez un molinero que tenía tres hijos. A su muerte les dejó, por toda herencia, un molino, un asno y un gato. El reparto se hizo enseguida, sin llamar al notario ni al procurador, pues probablemente se hubieran llevado todo el pobre patrimonio.
Un pobre molinero fallece dejando como única herencia al pequeño de sus hijos un gato. El joven decide quedarse con él y éste le promete que si confía en él y le consigue un par de botas y un saco, saldrán de la pobreza. El astuto gato se hace pasar por siervo de un gran marqués impresionando con sus regalos al rey.
Cuando el gato tuvo lo que había pedido, se calzó las botas y echándose la bosa tras el cuello, sujetó los cordones de patas delanteras, y se dirigió a un campo donde había muchos conejos.