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8 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a ...
- 1 Crónicas 6 Rvr1960
Descendientes de Leví. 6 Los hijos de Leví: Gersón, Coat y...
- Romanos 8
Vida mediante el Espíritu. 8 Por lo tanto, ya no hay ninguna...
- 1 Crónicas 6 Rvr1960
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a ...
Nueva Traducción Viviente. La vida en el Espíritu. 8 Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; 2 y porque ustedes pertenecen a él, el poder[ a] del Espíritu que da vida los[ b] ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte. 3 La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza ...
1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, 8:1 Jesús. Var. Jesús, los que no viven según la carne, sino según el Espíritu (véase v. 4). 2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
Nuevo Testamento. Romanos 8. Viviendo en el Espíritu. 1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
1 Ahora bien, esta condenación ya no existe para los que viven en Cristo Jesús. 2 En Cristo Jesús la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Esto no lo podía hacer la Ley, por cuanto la carne era débil y no le respondía. Dios entonces quiso que su propio Hijo llevara esa carne pecadora; lo envió ...