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  1. El aparecido. [Cuento - Texto completo.] Marqués de Sade. La cosa del mundo a la cual los filósofos otorgan menos fe es a los aparecidos. No obstante, si el caso extraordinario que voy a contar, caso certificado con la firma de muchos testigos y consignado en archivos respetables, si ese caso, digo, y teniendo en cuenta esos títulos y la ...

  2. Frases de Marqués De Sade. 01. En el amor, todas las cumbres son borrascosas. 02. Las pinturas más audaces, las descripciones más osadas, las situaciones más extraordinarias, las máximas más espantosas, las pinceladas más enérgicas tienen el solo objeto de obtener una de las más sublimes lecciones de moral que el hombre haya recibido ...

  3. El marqués de sade: resumen y legado. Donatien Alphonse François de Sade, más conocido como el marqués de sade, fue un filósofo y escritor nacido el 2 de junio de 1740 en París, Francia. A lo largo de su vida, se destacó dentro de la novela y se hizo una mala reputación por las temáticas crueles y perversas que abordaba en sus obras ...

  4. Marqués De Sade de Leopoldo Maria Panero. Te invitamos a recorrer los poemas de Leopoldo Maria Panero. Disfruta también de nuestros poemas del alma, de amor, de amistad , de familia, etc. Otros poemas que pueden interesarte son: Hembra, Infierno Y Paraíso, La Alucinación De Una Mano, O La Esperanza Póstuma, La Canción Del Croupier Del Mississipi, La Canción Del Indio Crow, La Maldad ...

  5. Revista. Marqués de Sade. El encierro como liberación del imaginario perverso. La introducción a nuestro número 30 (junio de 2001), que abordó las relaciones entre cárcel y escritura, terminaba con un aserto esperanzador: “no hay cárcel para la imaginación”. En este número, dedicado a repensar las instituciones y los procesos de ...

  6. DICE EL MARQUÉS DE SADE. Justina tu belleza me marea cuando me tiendo en tu cubierta tibia que al ritmo del placer se balancea como un barco en el mar de la lascivia Mi cuerpo en llamas y tu carne nívea zarpan a toda vela hacia el Edén y olvidamos fundidos quien es quien cuando mi plenitud en ti se alivia Muerdo después tu cuello por detrás