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8 Vara mágica es el soborno para quien lo ofrece,pues todo lo que emprende lo consigue. 9 El que perdona la ofensa cultiva el amor;el que insiste en la ofensa divide a los amigos. 10 Cala más un regaño en el hombre prudenteque cien latigazos en el obstinado. 11 El revoltoso siempre anda buscando camorra,pero se las verá con un mensajero cruel.
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. Proverbios 17:9 El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. | Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI) | Descarga la aplicación de la Biblia ahora
Proverbios 17:9-10 NVI. El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. Penetra más un regaño en el hombre prudente que cien latigazos en el obstinado.
H6504 H441. El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. El que cubre una ofensa promueve el amor, pero el que odia cubrirla separa mejores amigos y hermanos. Quien oculta las faltas ajenas, se concilia amistades; el que las cuenta y repite, desune a los que están unidos.
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. El que encubre la falta busca la amistad; el que la divulga, aparta al amigo. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. Penetra más un regaño en el hombre prudente que cien latigazos en el obstinado. El revoltoso siempre anda b Quien perdona gana un amigo; quien no perdona gana un enemigo. El que es inteligente con un regaño aprende, pero el que es necio ni con cien golpes entiende. El que es revoltoso siempre anda ...
19 de mar. de 2023 · El que perdona la ofensa cultiva el amor. Proverbios 17: 9, NVI. ¿Alguna vez te pusiste triste porque alguien te trató mal? Hoy te hablaré de José. Él se sintió triste cuando sus hermanos lo rechazaron y lo vendieron. Pasaron muchos años, en los que José y sus hermanos no se vieron ni una sola vez.
