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  1. a) La “muerte de Dios”, es decir, la toma de conciencia de que ese dios del cristianismo, en el que el propio Nietzsche había puesto su confianza en la vida durante su infancia, su adolescencia y parte de su juventud, no existía. b) Una de las consecuencias de la “muerte de Dios” es la de la

  2. Examinemos brevemente cómo acontece en su filosofía la muerte de la verdad –que se anun-cia a través de la muerte de Dios– y cuáles son las propuestas éticas fundamentales que ésta implica. Valga este examen como presentación y análisis de los textos reunidos en este breve volumen.

  3. Este artículo pretende establecer una relación entre la frase “Dios ha muerto” y el tema de la ciencia en Nietzsche. Para tal fin, se hará un análisis de la frase “Dios ha muerto” a la luz de la reciente interpretación hecha en el mundo alemán.

    • Osman Daniel Choque Aliaga
    • 2019
  4. Dios ha muerto. Pocos autores han sabido diagnosticar la enfermedad de su propio tiempo como lo hizo Friedrich Nietzsche. En este clásico fragmento de La gaya ciencia, el filósofo alemán saca las consecuencias ontológicas, antropológicas y éticas de la muerte de Dios, ante la mirada perpleja de una Europa inconsciente de su brutal hazaña.

  5. La muerte de Dios conducirá, dice Nietzsche, no sólo al rechazo de la creencia en un orden cósmico o físico, sino también al rechazo de los valores absolutos — al rechazo de la creencia en una objetividad y una ley moral universal, que se ejerce sobre todos los individuos.

  6. Es importante decir que Nietzsche habla sobre la muerte de dios, pero no quiere decir, para él, que dicho dios haya existido y después muerto [sería un absurdo porque contradeciría los atributos divinos] ya nunca creyó en la existencia de alguno.

  7. 2 de jul. de 2023 · La contundente afirmación “Dios ha muerto” presente en este fragmento es probablemente el lema más célebre de la filosofía nietzscheana. Sin embargo, la frase alude a mucho más que la constatación de que la fe en el Dios cristiano se ha convertido en algo poco creíble para los europeos de su tiempo.