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  1. Jesús calma la tormenta - Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo acompañaron. En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. ...

    • Lucas 9

      Jesús envía a los discípulos a anunciar el reino de Dios -...

    • Mateo 7

      No juzgar a otros (). 7 »No juzguen a otros, para que Dios...

  2. Es interesante observar que durante la tempestad, Jesús estaba profundamente dormido en la barca. De este detalle aprendemos varias cosas: Lo primero que se aprecia es la humanidad de Jesús.

  3. En el momento en que Jesús subía a la barca para irse, el hombre del que habían salido los demonios le suplicó que lo dejara acompañarlo; pero Jesús le dijo: ―Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti.

  4. Luego Jesús entró en la barca y comenzó a cruzar el lago con sus discípulos. De repente, se desató sobre el lago una fuerte tormenta, con olas que entraban en la barca; pero Jesús dormía. Los discípulos fueron a despertarlo: —Señor, ¡sálvanos! ¡Nos vamos a ahogar! —gritaron. —¿Por qué tienen miedo? —preguntó Jesús—.

  5. Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo acompañaron. En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. Entonces sus discípulos fueron a despertarlo, diciéndole: —¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo! Él les contestó: —¿Por qué tanto miedo?

  6. 1 de abr. de 2020 · Texto: Marcos 4.35-41 RVC. Ese mismo día, al caer la noche, Jesús les dijo a sus discípulos: «Pasemos al otro lado.» 36 Despidió a la multitud, y partieron con él en la barca donde estaba. También otras barcas lo acompañaron. 37 Pero se levantó una gran tempestad con vientos, y de tal manera las olas azotaban la barca, que ...

  7. 23 Cuando entró Jesús en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido. 25 Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálva nos, que perecemos!…