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  1. Por encargo de don Pedro Coello, don José González de Salas, recoge la mayor parte de los poemas de Quevedo, publicándolos en 1648 en Madrid bajo el título «Parnaso español» y más tarde en 1670 «Las nueve Musas últimas castellanas». De estas dos obras he sacado la mayoría de los sonetos que figuran en mi trabajo.

    • Ficha

      Registro bibliográfico. Título: Sonetos de Quevedo /...

    • Francisco de Quevedo

      La persona y la obra de Francisco de Quevedo (Madrid,...

  2. Qué: Ocho poemas de Quevedo Autor: Francisco de Quevedo Poeta, novelista, político, moralista, asceta, misógino, burlón, genio del concepto y la palabra… Ese es Francisco de Quevedo (Madrid, 1580-Villanueva de los Infantes, 1645) y así se retrata en sus escritos.

  3. La poesía moral de Quevedo surge de una sostenida reflexión sobre el individuo y su papel en la sociedad, propugnando, por un lado, el predominio de la razón sobre las pasiones, por otro, el gobierno justo y la reforma.

  4. 37 poemas de Francisco de Quevedo: análisis y selección de los principales. Poemas de Francisco de Quevedo. A Apolo, siguiendo a Dafne. A Celestina. A Dafne, huyendo de Apolo. A la edad de las mujeres. A la mar (analizado). A la Violenta e Injusta Prosperidad (analizado). A Lope de Vega. A Roma sepultada en sus ruinas. A un avariento.

  5. Sonetos de Quevedo. Biografía de Quevedo y cometario a los sonetos. Las tres Musas últimas castellanas. Euterpe Musa Séptima. Urania Musa Nona. Parnaso español. Sonetos en manuscritos. Sonetos de «Cancionero Antequerano» Sonetos encontrados en diversos lugares

  6. Edición de Alfonso Rey y María José Alonso Veloso. Esta edición de la poesía de Quevedo se basa en la publicada en dos tiempos —1648 y 1670—, con un título poco indicativo para los lectores de hoy pero familiar para los de entonces: El Parnaso.

  7. Amor constante, más allá de la muerte Francisco de Quevedo . Cerrar podrá mis ojos la postrera . sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía . hora a su afán ansioso lisonjera; mas no, de esotra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía: nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley ...