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  1. 6 de mar. de 2023 · Descargar Las crónicas de Narnia (Completo) gratis en formato PDF y EPUB.

  2. 24 de may. de 2017 · Narnia (5) - La Traves_a del Viajero del Alba.pdf. Owner hidden. May 24, 2017

    • A LUCÍA BARFIELD
    • LUCÍA INVESTIGA EN EL ROPERO
    • —Es un anciano encantador —dijo Susana.
    • LO QUE LUCÍA ENCONTRÓ ALLÍ
    • EDMUNDO Y EL ROPERO
    • DELICIAS TURCAS
    • —¡Edmundo! Te ves muy mal —dijo Lucía, al mirar detenidamente a su hermano—. ¿No te sientes bien?
    • DE REGRESO A ESTE LADO DE LA PUERTA
    • EN EL BOSQUE
    • Firmado Fenris Ulf, Capitán de la Policía Secreta,
    • UN DÍA CON LOS CASTORES
    • LO QUE SUCEDIÓ DESPUÉS DE LA COMIDA
    • EN CASA DE LA BRUJA
    • EL HECHIZO COMIENZA A ROMPERSE
    • ASLAN ESTÁ CERCA
    • —S-S-Santa Claus —tartamudeó el Zorro.
    • LA PRIMERA BATALLA DE PEDRO
    • MAGIA PROFUNDA DEL AMANECER DEL TIEMPO
    • —Yo estaba persiguiendo al Enano...
    • EL TRIUNFO DE LA BRUJA
    • MAGIA PROFUNDA ANTERIOR AL AMANECER DEL TIEMPO
    • LO QUE SUCEDIÓ CON LAS ESTATUAS
    • LA CAZA DEL CIERVO BLANCO

    Querida Lucía, Escribí esta historia para ti, sin darme cuenta que las niñas crecen más rápido que los libros. El resultado es que ya estás demasiado grande para cuentos de hadas, y cuando éste se imprima serás mayor aún. Sin embargo, algún día llegarás a la edad en que nuevamente gozarás de los cuentos de hadas. Entonces podrás sacarlo de la repis...

    Había una vez cuatro niños cuyos nombres eran Pedro, Susana, Edmundo y Lucía. Esta historia relata lo que les sucedió cuando, durante la guerra y a causa de los bombardeos, fueron enviados lejos de Londres a la casa de un viejo profesor. Éste vivía en medio del campo, a diez millas de la estación más cercana y a dos millas del correo más próximo. E...

    —¡Cállate! —exclamó Edmundo. Estaba cansado, aunque pretendía no estarlo, y esto lo ponía siempre de un humor insoportable—. ¡No sigas hablando de esa manera! —¿De qué manera? —preguntó Susana—. Además ya es hora que estés en la cama. —Tratas de hablar como mamá —dijo Edmundo—. ¿Quién eres para venir a decirme cuándo tengo que ir a la cama? ¡Eres t...

    —Buenas tardes —saludó Lucía. Pero el Fauno estaba tan ocupado recogiendo sus paquetes que no contestó. Cuando hubo terminado le hizo una pequeña reverencia. —Buenas tardes, buenas tardes —dijo. Y agregó después de un instante—: Perdóname, no quisiera parecer impertinente, pero, ¿eres tú lo que llaman una Hija de Eva? —Me llamo Lucía —respondió ell...

    Lucía corrió fuera del cuarto vacío y en el pasillo se encontró con los otros tres niños. —Todo está bien —repitió—. He vuelto. —¿De qué hablas, Lucía? —preguntó Susana. —¡Cómo! —exclamó Lucía asombrada—. ¿No estaban preocupados de mi ausencia? ¿No se han preguntado dónde estaba yo? —Entonces, ¿estabas escondida? —dijo Pedro—. Pobre Lu, ¡se escondi...

    —Pero, ¿qué eres tú? —preguntó la Reina otra vez—. ¿Eres un enano superdesarrollado que se cortó la barba? —No, su Majestad. Nunca he tenido barba. Soy un niño —dijo Edmundo, sin salir de su asombro. —¡Un niño! —exclamó ella—. ¿Quieres decir que eres un Hijo de Adán? Edmundo se quedó inmóvil sin pronunciar palabra. Realmente estaba demasiado confun...

    —Estoy muy bien —respondió Edmundo, pero no era verdad. Se sentía realmente enfermo. —Vamos, entonces, muévete. Busquemos a los otros —dijo Lucía—. ¡Imagínate todo lo que tenemos que contarles! ¡Y qué maravillosas aventuras nos esperan ahora que todos estaremos juntos en esto! CAPÍTULO 5

    Lucía y Edmundo tardaron algún tiempo en encontrar a sus hermanos, ya que continuaban jugando a las escondidas. Cuando por fin estuvieron todos juntos (lo que sucedió en la sala larga donde estaba la armadura), Lucía estalló: —¡Pedro! ¡Susana! Todo es verdad. Edmundo también lo vio. Hay un país al otro lado del ropero. Nosotros dos estuvimos allá. ...

    —Ojalá la señora Macready se apresure y se lleve pronto de aquí a toda esa gente —dijo Susana, poco después—. Estoy terriblemente acalambrada. —¡Qué fuerte olor a alcanfor hay aquí! —exclamó Edmundo. —Seguro que los bolsillos de estos abrigos están llenos de bolas de alcanfor para espantar las polillas —repuso Susana. —Algo me está clavando en la e...

    ¡VIVA LA REINA! Los niños se miraron fijamente unos a otros. —No sé si me va a gustar este lugar, después de todo —dijo Susana. —¿Quién es esta Reina, Lu? —preguntó Pedro—. ¿Sabes algo de ella? —No es una verdadera Reina; de ninguna manera —contestó Lucía—. Es una horrible bruja, la Bruja Blanca. Toda la gente del bosque la odia. Ella ha sometido a...

    Los dos hermanos hablaban en secreto cuando, de pronto, las niñas se detuvieron. —¡El Petirrojo! —gritó Lucía—. ¡El Petirrojo! ¡Se ha ido! Y así era... El petirrojo había volado hasta perderse de vista. —¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Edmundo, mientras daba una mirada a Pedro con ojos de «¿qué te había dicho yo?» —¡Chist! ¡Miren! —exclamó Susa...

    —Cuéntenos ahora, por favor, qué le pasó al señor Tumnus —dijo Lucía. —¡Ah, eso está mal! —dijo el Castor, moviendo la cabeza—. Es un asunto muy, muy malo. No hay duda alguna del hecho que se lo llevó la policía. Lo supe por un pájaro que estuvo presente cuando lo apresaron. —Pero, ¿a dónde lo llevaron? —preguntó Lucía. —Bueno, ellos iban rumbo al ...

    Ahora, por supuesto, ustedes quieren saber qué le había sucedido a Edmundo. Había comido de todo en la casa del Castor, pero no pudo gozar de nada, porque durante ese tiempo sólo pensó en las Delicias turcas, y no hay nada que eche a perder más el gusto de una buena comida como el recuerdo de otra comida mágica pero perversa. También había escuchad...

    Ahora debemos volver donde el señor y la señora Castor y los otros tres niños. Tan pronto como el Castor dijo: «No hay tiempo que perder», todos comenzaron a envolverse en sus abrigos, excepto la señora Castora. Ella tomó unos sacos y los dejó sobre la mesa. —Ahora, señor Castor —dijo—, bájame ese jamón. Aquí hay un paquete de té, azúcar y fósforos...

    Mientras tanto, Edmundo vivía momentos de gran desilusión. Cuando el Enano salió para preparar el trineo, creyó que la Bruja se comportaría amablemente con él, igual que en su primer encuentro. Pero ella no habló. Por fin Edmundo se armó de valor y le dijo: —Por favor, su Majestad, ¿podría darme algunas Delicias turcas? Usted..., usted..., dijo... ...

    —¿Qué? —gruñó la Bruja. Saltó del trineo y dio grandes trancos hacia los aterrados animales—. ¡Él no ha estado aquí! ¡No puede haber estado aquí! ¡Cómo se atreven...! ¡Digan que han mentido y los perdonaré ahora mismo! En ese momento, uno de los pequeños hijos de la pareja de ardillas perdió la cabeza por completo. —¡Ha venido! ¡Ha venido! —gritaba...

    Mientras el Enano y la Bruja Blanca hablaban, a millas de distancia los Castores y los niños seguían caminando, hora tras hora, como en un hermoso sueño. Hacía ya mucho que se habían despojado de sus abrigos. Ahora ni siquiera se detenían para exclamar «¡Allí hay un martín pescador!». «¡Miren cómo crecen las campanitas!». «¿Qué aroma tan agradable ...

    Ahora debemos volver a Edmundo. Después de haberlo hecho caminar mucho más de lo que él imaginaba que alguien podía caminar, la Bruja se detuvo por fin en un oscuro valle ensombrecido por los abetos y los tejos. El niño se dejó caer y se tendió de cara contra el suelo, sin hacer nada y sin importarle lo que sucedería después con tal que lo dejaran ...

    —¡No me digas que ella se nos escapó! —Un muchacho no puede hacerlo todo al mismo tiempo... Pero, ¿qué es eso?... ¡Oh! Lo siento, es sólo un viejo tronco. Edmundo se desmayó en ese instante. Entonces centauros y unicornios, venados y pájaros (eran parte del equipo de rescate enviado por Aslan en el capítulo anterior), todos regresaron a la Mesa de ...

    En cuanto la Bruja se alejó, Aslan dijo: —Debemos dejar este lugar de inmediato porque será ocupado en otros asuntos. Esta noche tendremos que acampar en los Vados de Beruna. Por supuesto todos se morían por preguntarle cómo había arreglado las cosas con la Bruja; pero el rostro de Aslan se veía muy severo y en todos los oídos aún resonaba su rugid...

    Las niñas aún permanecían escondidas entre los arbustos, con las manos en la cara, cuando escucharon la voz de la Bruja que llamaba: —¡Ahora! ¡Síganme! Emprenderemos las últimas batallas de esta guerra. No nos costará mucho aplastar a esos insectos humanos y al traidor, ahora que el gran Idiota, el gran Gato, yace muerto. En ese momento, y por unos...

    —¡Qué lugar tan extraordinario! —gritó Lucía—. Todos estos animales de piedra..., y gente también. Es..., es como un museo. —¡Cállate! —le dijo Susana—. Aslan está haciendo algo. En efecto, él había saltado hacia el león de piedra y sopló sobre él. Sin esperar un instante, giró violentamente —casi como si fuera un gato que caza su cola— y sopló tam...

    La batalla terminó pocos minutos después que ellos llegaron. La mayor parte de los enemigos había muerto en el primer ataque de Aslan y sus compañeros; y cuando los que aún vivían vieron que la Bruja estaba muerta, se entregaron o huyeron. Lucía vio entonces que Pedro y Aslan estrechaban sus manos. Era extraño para ella mirar a Pedro como lo veía a...

  3. Las crónicas de Narnia (en inglés: The Chronicles of Narnia) es una heptalogía de libros infantiles escrita por el escritor y profesor anglo-irlandés C. S. Lewis entre 1949 y 1954. Relata las aventuras en Narnia, tierra de fantasía y magia creada por el autor, y poblada por animales parlantes y otras criaturas mitológicas que se ven ...

  4. 7 de mar. de 2019 · Las Crónicas De Narnia.pdf El León, La Bruja y eL Ropero / By C.S. Lewis : Presbiteriano Calvinismo : Free Download, Borrow, and Streaming : Internet Archive.

  5. Las crónicas de Narnia (Completo), de Pauline Baynes para leer online y descargar libros gratis en todos los formatos. Freeditorial, más de 50.000 libros para descargar gratis.

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