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  1. 4 de sept. de 2015 · Roy Lichtenstein (1923–1997) iba para expresionista abstracto, pero en algún momento decidió que se dedicaría a llevar al lienzo imágenes de los cómics más vendidos. De ahí esas características líneas, los colores primarios y los puntos Benday, simulando la impresión de alta velocidad.

  2. 22 de ene. de 2021 · Roy Lichtenstein, Kiss II, 1962. La obra más famosa de la citada serie es la que lleva por título Kiss V , donde puede observarse claramente el uso que hace el artista del cómic para dotarlo de nuevos significados.

  3. 12 de feb. de 2020 · Beso V, Roy Lichtenstein, 1962. La máxima representación en la cultura pop del amor. Ese amor de historietas para adultos que se vendían en los quioscos de periódicos. Un abrazo eterno, las lágrimas que brotan de los ojos de ella representada mediante los puntos Ben-Day.

  4. 26 de jul. de 2015 · Roy Lichtenstein, El beso, 1964. Artista pop que se dedicó a ilustrar sus obras como si fueran parte de un libro de cómics, con líneas que brindaban el efecto de haber salido de las historietas. Una de sus obras más populares ha sido esta, la que se ha reproducido y distribuido por todo el mundo. John Baldessari, El beso, 1986

  5. 27 de oct. de 2018 · Como un elemento banal, el beso al estilo Lichtenstein parece casi mecánico y con poca expresividad en el gesto mismo. Los ejemplos están en los cuadros El Beso y Nos elevamos lentamente, en los que además se apela a los brillantes amarillo y azul, a la malla de puntos, y las líneas negras para definir los personajes, una vez ...

    • David Sánchez López
  6. Roy Fox Lichtenstein (Nueva York, 27 de octubre de 1923-ibídem, 29 de septiembre de 1997) fue un pintor estadounidense de arte pop, artista gráfico y escultor, conocido sobre todo por sus interpretaciones a gran escala del arte del cómic.

  7. 6 de mar. de 2021 · El cuadro muestra a una mujer en llantos que abraza su pareja. ¿Son lágrimas de felicidad o tiene el corazón roto? Sin las demás viñetas de la historia, no podemos más que especular. Tampoco Lichtenstein nos da una pista con uno de sus habituales bocadillos o una de sus onomatopeyas, propias del lenguaje de las historietas.