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  1. 4 de oct. de 2014 · «El prisionero» Estoy entre rejas en húmeda celda. Criada en cautiverio, un águila joven, mi triste compaña, batiendo sus alas, junto a la ventana su pitanza pica. La pica, la arroja, mira la ventana, como si pensara lo mismo que yo. Sus ojos me llaman y su griterío, y proferir quiere: ¡Alcemos el vuelo!

  2. El prisionero. [Poema - Texto completo.] Alexandr Puchkin. Estoy entre rejas en húmeda celda. Criada en cautiverio, un águila joven, mi triste compaña, batiendo sus alas, junto a la ventana su pitanza pica. La pica, la arroja, mira la ventana, como si pensara lo mismo que yo.

  3. El prisionero de Alexandr Pushkin. Estoy entre rejas en húmeda celda. Criada en cautiverio, un águila joven, mi triste compaña, batiendo sus alas, junto a la ventana su pitanza pica. La pica, la arroja, mira la ventana, como si pensara lo mismo que yo. Sus ojos me llaman y su griterío, y proferir quiere: ¡Alcemos el vuelo!

  4. El prisionero. Presentamos tres textos claves del gran poeta y novelista ruso en la versión al español de Eduardo Alonso Duengo. Aleksandr Pushkin. EL PRISIONERO. Estoy entre rejas en húmeda celda. Criada en cautiverio, un águila joven, mi triste compaña, batiendo sus alas, junto a la ventana su pitanza pica.

  5. Resumen y sinopsis de El prisionero del Cáucaso de Aleksandr Pushkin. En 1821 Pushkin escribió El prisionero del Cáucaso, poema narrativo en el que, además de la crónica de su exilio, se propuso revelar aquellas que, a su juicio, eran las características de la juventud de su tiempo.

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  6. pero mudo y helado, el prisionero, demudada la faz, como los muertos, inmóvil ante todos permanece. no ve los rostros de sus enemigos ni oye los gritos ni las amenazas; y ya lo ronda el sueño de la muerte, cuyo soplo mortal hiela sus miembros. Un largo rato, el joven prisionero permaneció en el suelo sin sentido. Y desde lo más alto, el ...

  7. El prisionero. Estoy entre rejas en húmeda celda. Criada en cautiverio, un águila joven, mi triste compañía, batiendo sus alas, junto a la ventana su pitanza pica. La pica, la arroja, mira la ventana, como si pensara lo mismo que yo. Sus ojos me llaman y su griterío, y proferir quiere: ¡Alcemos el vuelo! ¡Tú y yo somos libres como el ...