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  1. Sin embargo, la predestinación —digámoslo con una expresión anacrónica, ajena al contexto histórico de Lutero— consti-tuye una de las principales facultades de la cosa en sí (das Ding an sich) que no podemos representar ni comprender.

  2. Lejos de ello, para Lutero, la predestinación sirve para aclarar el dogma principal de la Reforma, la justificación por la sola fe. Los misterios de la predestinación tienen que ver con el hecho de que sea preciso distinguir —las tajantes o decisionistas distinciones siempre adquieren mucha importancia en Lutero— entre el Dios oculto ...

    • Antonio Rivera García
  3. Predestinación (del latín praedestinatĭo, -ōnis. 1 ) significa conocer anticipadamente el destino de una persona o cosa. 2 Es una doctrina cristiana basada en los textos bíblicos, la cual afirma que Dios desde la eternidad determinó lo que quiere hacer con cada una de sus criaturas, ordenando a unas para la vida eterna y a ...

  4. La predestinación es una asignación de amor venida de lo alto, es una suprema destinación divina en vías de realización, es una suprema cortesía del Amor, no rehusada sino acogida y después cumplida. 2. La doctrina de la predestinación es una doctrina escriturística, revelada. Debemos acatarla sin duda alguna. Pero ¿cómo entenderla?

  5. Martin Lutero. Teólogos evangélicos-luteranos (siglo 20) sobre su fundador Martin Lutero. Juan Calvino. Confesiones de fe evangélico-luterana. Confesiones de fe de la Iglesia evangélica-reformada. ¿Dos tipos de predestinaciones? Sobre la doctrina de la predestinación, la teología eclesiástica hace diferencia entre dos posibilidades de pensar.

  6. 10 de abr. de 2024 · En cuanto a la predestinación, el calvinismo enseña la doctrina de la doble predestinación, afirmando que Dios predestina a algunos individuos para la salvación y a otros para la condenación. El luteranismo rechaza esta noción y en su lugar enfatiza la voluntad universal de Dios de que todas las personas se salven.

  7. Lutero lo combate y lo hace depender completamente de Dios, de manera que viene a ser una especie de predestinismo mitigado. «Dios [dice Lutero] ha ya decretado quiénes deben y quiénes no deben salvarse, pero su voluntad sigue siendo un misterio incomprensible para nosotros.