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  1. bibliotecadigital.ilce.edu.mx › CuentosMas › CenicientaLa Cenicienta - ILCE

    Prestarle mi vestido a la Cenicienta, tendría que estar loca. Cenicienta esperaba esta negativa, y se alegró, pues se habría sentido bastante confundida si su hermana hubiese querido prestarle el vestido. Al día siguiente, las dos hermanas fueron al baile, y Cenicienta también, pero aún más ricamente ataviada que la primera vez.

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  2. El relato trata sobre una joven bondadosa y trabajadora llamada Cenicienta, que es maltratada por su madrastra y hermanastras. Sin embargo, con la ayuda de una hada madrina, logrará superar las adversidades y conocer a un príncipe.

  3. www.cuentoscortos.com › cuentos-clasicos › cenicientaCenicienta - Cuentos Cortos

    Cenicienta. Érase una vez un hombre bueno que tuvo la desgracia de quedar viudo al poco tiempo de haberse casado. Años después conoció a una mujer muy mala y arrogante, pero que pese a eso, logró enamorarle. Ambos se casaron y se fueron a vivir con sus hijas. La mujer tenía dos hijas tan arrogantes como ella, mientras que el hombre tenía ...

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  4. Cuento La Cenicienta. Había una vez una joven muy hermosa y amable que había perdido a sus padres y se había quedado con su madrastra. Esta mujer tenía dos hijas muy feas, pero su madre las malcriaba y siempre hacía que Cenicienta hiciera todas las tareas domésticas difíciles.

  5. Cuento de la cenicienta. Google Classroom. Agregar a asignaciones. Cuento clásico de los hermanos Grimm. © Versión escrita por Paola Artmann. Audio de texto a voz para una lectura asistida. Érase una vez una hermosa joven que vivía con su madrastra y dos hermanastras que la obligaban a hacer todo el trabajo de la casa.

  6. A la noche, rendida como estaba de tanto trabajar, en vez de acostarse en una cama tenía que hacerlo en las cenizas del hogar. Y como por este motivo iba siempre polvorienta y sucia, la llamaban Cenicienta. Un día en que el padre se disponía a ir a la feria, preguntó a sus dos hijastras qué deseaban que les trajese.

  7. Cenicienta y la dijeron. -Péinanos, límpianos los zapatos y ponles bien las hebillas, pues vamos a una boda al palacio del rey. La Cenicienta las escuchó llorando, pues las hubiera acompañado con mucho gusto al baile, y suplicó a su madrastra se lo permitiese. -Cenicienta, la dijo: estás llena de polvo y ceniza y ¿quieres ir a una boda?