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LOS JEFES, Y OTROS CUENTOS MARIO VARGAS LLOSA SALVAT EDITORES, S.A. Biblioteca Básica SALVAT Enero de 1982 Impreso en España Los jefes El desafío El hermano menor Día domingo Un visitante El abuelo Los Cachorros LOS JEFES 1 Javier se adelantó por un segundo:-¡Pito! -gritó, ya de pie. La tensión se quebró violentamente, como una ...
Una época no está poblada únicamente de seres de carne y hueso; también, de los fantasmas en que estos seres se mudan para romper las barreras que los limitan y los frustran. Las mentiras de las novelas no son nunca gratuitas: llenan las insuficiencias de la vida.
- Pantaleón y las Visitadoras: Una historia basada en hechos reales de lo que pudo observar el escritor en sus visitas a la Amazonía Peruana. Las visitadoras son las prostitutas que ofrecían sus servicios al ejército de Perú, uno de sus capitanes, Pantaleón comandará una misión secreta que las involucra, allí conocerá a La Brasileña, una mujer que lo hará dudar de sus principios.
- El Hablador: Dos narradores nos adentran en la selva para contarnos leyendas, rituales, creencias y ceremonias que se mantienen intactas; al leer las historias, las comparamos con el mundo moderno.
- Travesuras de la niña mala: Es la primera novela de amor del autor. Fue publicada en 2006. Cuenta la tormentosa historia de dos amantes durante más de 40 años, sus contextos sociales, políticos y sus recorridos por el mundo.
- Elogio de la Madrastra: Anuncio. Es una novela erótica de 1988, que mezcla el erotismo con poesía y arte para contar la historia de Lucrecia, Rigoberto y Fonchito.
Page 4 of 270. Para Alvaro, Gonzalo y Morgana. Y para Josefina, Leandro, Ariadna, Aitana, Isabella y Anaís.
La Ciudad y los Perros Mario Vargas Llosa 5 Trepó y saltó: el vidrio se hizo trizas bajo los botines, con mil ruidos simultáneos. "¡Mierda!", gimió. Había quedado en cuclillas, aterrado. Sus oídos no percibían, sin embargo, el bullicio salvaje que
Mario Vargas Llosa - el desafio. Cuento: EL DESAFÍO. Estábamos bebiendo cerveza, como todos los sábados, cuando en la puerta del "Río Bar" apareció Leonidas; de inmediato notamos en su cara que ocurría algo. — ¿Qué pasa? — preguntó León. Leonidas arrastró una silla y se sentó junto a nosotros. — Me muero de sed.
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