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  1. Luego de la muerte de Felipe I de Hesse sus hijos, fundaron nuevas líneas: Langraviato de Hesse-Darmstadt, Hesse-Kassel, Hesse-Marburg y Hesse-Rheinfels. La línea de Hesse-Darmstadt también terminó siendo parte de la línea de los Battenberg cuando el príncipe Alejandro de Hesse-Darmstadt se casó con la condesa Julia de Hauke.

  2. Alejandro de Hesse-Darmstadt (Alexander von Hessen und bei Rhein; Darmstadt, 15 de julio de 1823 - ibídem, 15 de diciembre de 1888) fue un príncipe y militar alemán del siglo XIX. Fue el tercero de los cuatro hijos de Luis II de Hesse-Darmstadt y de Guillermina de Baden .

  3. La princesa Isabel de Hesse y el Rin (en alemán: Elisabeth von Hesse; Darmstadt, 11 de marzo de 1895 - Skierniewice, 16 de noviembre de 1903) fue la única hija del gran duque Ernesto Luis de Hesse y el Rin y su primera esposa, la princesa Victoria Melita de Sajonia-Coburgo-Gotha.

  4. Alejandrina de Kolemine (Varsovia, 3 de septiembre de 1845 - Vevey, 8 de mayo de 1941) fue una escritora ruso-alemana de origen polaco, conocida por ser brevemente la esposa morganática de Luis IV de Hesse, yerno de la reina Victoria del Reino Unido.

  5. Príncipe de Hesse-Darmstadt: Información personal; Nombre completo: Enrique Luis Guillermo Adalberto Waldemar Alejandro: Nacimiento: 28 de noviembre de 1838 Bessungen, Darmstadt, Gran Ducado de Hesse-Darmstadt: Fallecimiento: 16 de septiembre de 1900 (61 años) Múnich, Reino de Baviera: Sepultura: Mausoleo antiguo en el Parque Rosenhöhe ...

  6. Era sobrina del zar Alejandro III de Rusia, hermano de María, y prima hermana, por tanto, de Nic olás II de Rusia. Se casó con el gran duque de Hesse, es decir, con Ernesto Luis de Hesse-Darmstadt, hermano de Alix de Hesse (futura zarina Alejandra). Para más información, ver King, 2007.

  7. inmensa dignidad de sus gestos, querido de todos, siendo la alegría de todos, no tenía, sin embargo, ninguna alegría en el corazón. Le venían sueños y enigmáticos pensamientos de las fluyentes aguas del río, de las refulgentes estrellas de la noche, de los ardientes rayos del sol; le venían sueños e