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  1. Ana Dalaseno. Ana Dalaseno (en griego: Ἄννα Δαλασσηνή, c. 1025- c. 1102) también conocida como " Madre de los Comneno " 1 fue una emperatriz bizantina madre del emperador Alejo I Comneno. Conservó el apellido Dalaseno, por ser más ilustre que el de su padre (o incluso el de su esposo).

  2. Ana Comnena. Ana Comnena ( grego: Άννα Κομνηνή, latín: Anna Komnēnē), nada o 1 de decembro de 1083 e finada en 1153, foi unha princesa bizantina de gran cultura, filla do emperador bizantino Aleixo I Comneno e de Irene Ducas. Autora d' A Alexiada, a historia do reinado do seu pai, converténdose así nunha das primeiras mulleres ...

  3. 15 de ago. de 2023 · Ana Comneno, hija del emperador Alejo I Comneno, trascendió los límites impuestos por la sociedad medieval y se convirtió en una destacada historiadora y escritora. Su afán por las ciencias y su incansable búsqueda de poder la llevaron a dejar una profunda huella en la historia del Imperio Bizantino. Desde su penumbrosa pluma, Ana Comneno ...

  4. 5 de ago. de 2023 · Ana Comneno (1083-1153) es una de las primeras historiadoras de la Edad Media, famosa por su obra “La Alexiada”. ️ Conoce más sobre historia del Imperio bi...

  5. 6 de mar. de 2019 · Pero aquí empieza la faceta más importante de Ana Comneno, la que la convertiría en una de las primeras mujeres historiadoras. En este aislamiento, siguió estudiando historia y filosofía. Al morir su esposo en 1137, recogió el testigo y continuó con la labor que este había emprendido relatando la historia durante el reino de su suegro.

  6. 2. Ana Comneno Ana Comneno (1083-1153/54) es una de las pocas personalidades bizantinas que son conocidas tanto por los historiadores que se dedican al occidente latino, como por los que estudian el oriente bizantino, dado que en su Alexíada se registra un vívido cuadro del momento en que los cruzados llegaron a Constantinopla en 1097.

  7. www.cristoraul.org › SPANISH › sala-de-lecturaLA ALEXIADA , DE ANA COMNENO

    Comneno se arrojó contra la sección de la falange que aún no se había dispersado, hiriendo a los que se le enfrentaban. Luego se volvió hacia sus soldados y de nuevo se afanaba para que destruyeran lo que aún resistía de la falange de Basilacio, mientras mandaba emisarios a los de retaguardia y les ordenaba no vacilar y que lo siguieran rápidamente hasta darle alcance.