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Sola. va sola entre los cantuesos. y un saltamonte guerrero. Mi querida, la del centro. La mariposa, la izquierda. saltando, por la derecha. La que ayer fue mi querida va sola entre los cantuesos. Tras ella, una mariposa y un saltamonte guerrero. Tres veredas:
El Bosco. por un embudo. llorar y llorar. diablo palitroque. ¡Pío, pío, pío! y en un cornetín. diablo garavijo. desnudo, oh verano! Jardín del Amor.
Se equivocó la paloma, se equivocaba. Por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era el agua. Creyó que el mar era el cielo. que la noche la mañana. Que las estrellas rocío, que la calor la nevada. Que tu falda era tu blusa,
guardó el auricular en mis oídos. De lona y níquel, peces de las nubes, bajan al mar periódicos y cartas. (Los carteros no creen en las sirenas. ni en el vals de las olas, sí en la muerte. Y aún hay calvas marchitas a la luna. y llorosos cabellos en los libros. Un polisón de nieve, blanqueando.
Alberti en los rincones del Museo del Prado; la sorprendente, agónica, desvelada alegría : de buscar la Pintura y hallar la Poesía, con la pena enterrada de enterrar el dolor: de nacer un poeta por morirse un pintor, hoy distantes me llevan, y en verso remordido, a decirte, ¡oh Pintura!, mi amor interrumpido.
lo aburrido que estoy. Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento. Innegable, señor. Es indisimulable. ¿Está usted aburrido? Me parece que está usted aburrido. Dígame, ¿adónde va tan aburrido? ¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento? No es posible, señor; que vaya a las iglesias.
1 de ene. de 2003 · 100 Poemas, libro de Rafael Alberti, MATEO, Mª. ASUNCIÓN. Editorial: Ediciones de la torre. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.
