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  1. Biografía de Ana María Fernández Martínez. Autora española, Ana María Fernández Martínez estudió Técnico Especialista en Análisis Clínicos, aunque se dedica a trabajos de distinto tipo. En lo literario, Fernández Martínez publicó en 2012 la novela romántica Declaración de amor. Whatsapp Compartir Twittear E-mail.

  2. 10 de jul. de 2022 · Artistas + Criticos. christo y jeanne-claude. Ana María Battistozzi, crítica y docente especializada en arte contemporáneo, realiza un recorrido guiado por la exhibición de Christo y Jeanne-Claude el sábado 23 de julio a las 17h. Battistozzi recorre la exhibición puntualizando la puesta en el espacio de las obras monumentales y el efecto ...

  3. Su hermano, incuestionable en la dirección del Estado, le prohibió casarse con Charlotte de Lorraine (1627-1652), hija de la duquesa de Chevreuse y confidente de Ana de Austria. En 1653, Conti, que se había retirado a Pézenas, en el Languedoc , presentó su sumisión al rey, y se reconcilió con Mazarino, se casó, el 21 de febrero de 1654 con Ana María Martinozzi (1639-1672), sobrina del ...

  4. Ana María, es origiginaria de Tezontepec de Aldama, y gracias a sus acciones, se ha convertido en una figura destacada en la política local. Es Licenciada en Derecho con especialidad en Derecho Fiscal por el Instituto Tecnológico Latinoamericano (ITLA), y dentro de su comunidad, ha demostrado un compromiso inquebrantable.

  5. Ana María Martinozzi (Roma, 1637-París, 4 de febrero de 1672) fue princesa de Conti por su matrimonio con Armando de Borbón, príncipe de Conti. 35 relaciones.

  6. El 5 de mayo de 1841 estuvo en las filas gubernamentales en la Batalla de Salamina. Según el historiador José Manuel Restrepo "En esta brillante acción se distinguió la señora Ana María Martínez. Deseosa de vengar los agravios que los facciones habían hecho a su marido Pedro Nisser, a quien mantenían preso en Rionegro, marchó con las ...

  7. Ana María Matute (España, 1926) El niño que no tenía perras gordas merodeaba por la feria con las manos en los bolsillos, buscando por el suelo. El niño que no tenía perras gordas no quería mirar al tiro en blanco, ni a la noria, ni, sobre todo, al tiovivo de los caballos amarillos, encarnados y verdes, ensartados en barras de oro.