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  1. El Proyecto de Diputaciones Provinciales de 1840: Modelo para la Ley de 8 de enero de 1845 PEDRO ORTEGO GIL Catedrático de Historia del Derecho (Universidad de Santiago de Compostela) Tras los acontecimientos de La Granja en 1836, los sucesivos cambios en el Consejo de Ministros, las nuevas concepciones administrativas francesas y su intento de implantación en España en 1838, crecía la ...

  2. 19 de dic. de 2002 · El 13 de octubre de 1840, Espartero, además de suspender la Ley de Ayuntamientos aprobada por María Cristina, suspendió los Ayuntamientos constituidos en tiempo de María Cristina. Lo hizo por decreto, en clara anticonstitucionalidad aunque ello fuera muy popular, pues un decreto no podía anular una Resolución de las Cortes.

  3. La Ley de Ayuntamientos de 1840 y la renuncia de María Cristina de Borbón a la Regencia. Autores: Joaquín Tomás Villarroya. Localización: Estudios de historia moderna y contemporánea : homenaje a Federico Suarez Verdeguer, 1991, ISBN 84-321-2748-5, págs. 459-468. Idioma: español.

  4. Títulos paralelos: «La Tea de la Discordia»: The Revolution of 1840 and the “Junta” of Huesca. Enlaces. Texto completo ( pdf) Resumen. español. La proclamación de la ley de Ayuntamientos moderada en 1840 provocó un revuelo de enormes dimensiones en la España liberal. El partido progresista decidió tomar el camino de la revolución ...

  5. 28 de mar. de 2021 · Con el reinado de Isabel II se instauró en España la monarquía liberal. Mientras se libraba la guerra carlista, la monarquía implantó el régimen liberal. Ahora bien, con el establecimiento del Estado liberal surgieron las diferencias entre los mismos liberales, como ya empezó a comprobarse en las Cortes del Trienio Liberal.

  6. Resumen de «La Tea de la Discordia»: La Revolución de 1840 y la Junta de Huesca. Nacho Cavero Garcés. español. La proclamación de la ley de Ayuntamientos moderada en 1840 provocó un revuelo de enormes dimensiones en la España liberal.

  7. proyecto de Ley de Ayuntamientos (1840), que otorgaba a la Corona la facultad de nombrar a los alcaldes de las capitales de provincia y reforzaba el control gubernativo sobre las instituciones municipales. La sanción de dicha ley (14-Julio-1840) cerraba casi todas las puertas del poder a los progresistas.