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Hace 22 horas · 3. Por amor al juego (1999) En Por amor al juego, Will Sasso demuestra que su versatilidad va más allá de la comedia, formando parte de este drama deportivo protagonizado por Kevin Costner. La película narra la historia de un veterano lanzador de béisbol que reflexiona sobre su vida y su carrera mientras lanza lo que podría ser su último ...
Hace 4 días · Resumen. Kevin Costner tuvo que convencer al dueño de los Yankees, George Steinbrenner, de usar el Yankee Stadium para su película de béisbol. Por amor al juego. . Filmar en el Yankee Stadium fue crucial, por lo que Costner le mintió a Steinbrenner y dijo que los Yankees en realidad ganaron la Serie Mundial en la película, pero que no se mostró.
Hace 5 días · Por María Piernas Ruiz. 26 mayo 2024. Luchar por amor es esencial cuando la relación se basa en el respeto y la comunicación sincera. Para hacerlo, escucha activamente, muestra empatía y trabaja en conjunto para superar los desafíos. Amar a una persona es una de las experiencias más reveladoras y mágicas de la vida.
Hace 22 horas · Uno de estos juegos se llama “La ausencia”, consiste en saber ausentarse o alejarse en el momento preciso para obtener un objetivo. Este juego, además de ser muy popular en las relaciones amorosas, también se practica en las relaciones comerciales, laborales y hasta en el mundo artístico. Por ejemplo, la actriz de cine Greta Garbo se ...
Hace 4 días · Eso, digamos, para empezar: “The Legend of Skye es una comedia y se trata de un juego divertido para pasar un buen rato. Pero, asimismo, es un juego de puzles desafiantes, así que también pretendo que los jugadores tengan que pensar un poco y luego consigan esa sensación tan gratificante cuando han resuelto por ellos mismos uno de los puzles.
Hace 22 horas · "Me pide que marque algunos goles más, chutar más, que tenga calma y jugar como juego siempre", asegura. Por último, el francés deja claro que la mejor elección su vida ha sido ir al Real Madrid.
Hace 22 horas · Me apenaba ser la razón por la que en casa no hubiera armonía, pero tampoco estaba dispuesta a hacer lo que Marlene deseaba. Ella pensaba que la solución perfecta para mí era darme en matrimonio al dueño del viñedo para el que trabajábamos, el señor Ron Martin, un viudo de sesenta años de carácter iracundo.
