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En el catolicismo, una advocación mariana es un modo de referirse a misterios, apariciones, presencias, dones o atributos de la Virgen María o a circunstancias históricas o geográficas que rodean a la devoción de una imagen determinada. [1]
- Anexo:Advocaciones marianas
Una advocación mariana es la dedicación y veneración de una...
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18 de may. de 2022 · Advocaciones Marianas: todos los nombres con los que se venera a María, madre de Jesús. Pero ¿cuántas son las Advocaciones Marianas? ¿De dónde derivan? Desde los orígenes de la veneración dedicada a ella, la Virgen María ha respondido a muchos nombres diferentes.
- Virgen de Kibeho – Africa. Es la primera aparición de la Virgen María en África aprobada por la Iglesia. La Virgen María se aparece en la zona más pobre de Ruanda; Kibeho, el 28 de Noviembre de 1981, a 3 videntes y advierte sobre la matanza que ocurriría pocos años después en Ruanda.
- Virgen de Caacupé – Paraguay. Data del año 1600 en el que un indígena llamado José promete a la Virgen hacerle una imagen del madera si ella lo libra de los mbayá tribu enemiga.
- Virgen de Chapi – Perú. Es la imagen más venerada del sur del Perú. La historia de esta Virgen y su Santuario, en el alejado en inhóspito valle de Chapi, se remonta al 1700.
- Nuestra Señora de Beauring – Bélgica. También conocida como Nuestra Señora del Corazón dorado, es la imagen que se le apareció 33 veces a unos niños belgas entre los años 1932 y 1933 en la pequeña aldea de Beauring.
23 de nov. de 2018 · En palabras sencillas una advocación mariana es una alusión relativa a apariciones, dones o atributos de la Virgen María. La Iglesia admite distintas advocaciones que significan la figura de la Madre de Jesús o alguna de sus cualidades, a las que se guarda devoción de diversas maneras.
Advocaciones marianas. Apariencia. Ayuda. El artículo principal de esta categoría es: Advocación mariana. Categorías: Devociones marianas. Advocaciones católicas.
Desde los primeros siglos de la Iglesia comenzaron a surgir advocaciones de la Virgen María, que el pueblo cristiano, con su repetición en tan diversos países y circunstancias, fue plasmándolas en formas y costumbres que posteriormente la Iglesia recogió en la Liturgia y aprobó en su Magisterio.