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  1. Músicas Católicas - Salve Regina (Letra y canción para escuchar) - Salve, Regina, Mater misericordiae / Vita, dulcedo, et spes nostra, salve / Ad te clamamus, exsules filii Hevae / Ad te suspiramus, gementes et flentes.

  2. Salve Regina. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos ...

  3. Traducción al Español. Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia, Vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lagrimas. Ea pues Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos Misericordiosos, y después de este destierro ...

  4. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia. Salve, Regina, Mater misericordiae. Vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. Vita, dulcedo, et spes nostra, salve. A Ti clamamos, los desterrados hijos de Eva. Ad te clamamus, exsules filii Hevae. A Ti suspiramos, gimiendo y llorando.

  5. La letra de la Salve Regina en español nos invita a dirigirnos a la Virgen María como "Madre de misericordia" y "vida, dulzura y esperanza nuestra". En esta oración, se reconoce a María como intercesora ante Dios y se le pide que vele por nosotros en nuestro camino hacia la salvación.

  6. 10 de jun. de 2020 · Adaptación y arreglos: Canto Católico. Ha sido una gracia inmensa la oportunidad que Dios nos ha regalado de poder grabar este canto. Se trata de una joya musical de la Iglesia. El texto en latín corresponde a una oración mariana muy querida por los fieles, “la Salve”, que se reza al final del Santo Rosario.

  7. Salve reina. Salve, reina, madre misericordiosa. Vida, dulzura y esperanza nuestra, salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando. en este valle de lágrimas. Ea, pues, abogada nuestra, esos tus. ojos misericordiosos dirige hacia nosotros. Y Jesús, fruto bendito de tu vientre.

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