Resultado de búsqueda
La fábula El Leñador Y Hermes pertenece a la obra que el sabio griego Esopo escribió partiendo de la tradición oral, compilando este acerbo popular y dándole sentido a través de sus moralejas. Puedes leer, imprimir, descargar en PDF o también reproducir en vídeo la fábula El Leñador Y Hermes a continuación.
Fábula sobre la honestidad para niños. agosto, 2023. No hay comentarios. La fábula de ‘Hermes y el leñador’, atribuida a Esopo, nos habla del valor de la honestidad y la sinceridad, y de cómo los honestos al final son recompensados, mientras que los mentirosos y avariciosos al final terminan perdiendo lo que tanto ansiaban…
Un leñador, cuando estaba cortando leña en la orilla de un río, de repente perdió su hacha. Sin saber qué hacer, se sentó en una roca y comenzó a llorar. El Dios Mercurio (Hermes), movido a lástima, se tiró al río y volvió con un hacha de oro, preguntándole si era lo que había perdido.
Hermes y el leñador. 2 Minutos de Lectura. Un leñador necesitaba ir en busca de mucha leña, pues acababa de darse cuenta que solo tenía muy poco y nada más que para un día. Se alisto y se fue muy cerca de un río y empezó a cortar un árbol hasta que en su intento se le escapo de las manos cayendo el hacha directo al fondo del río.
Fábulas de Esopo: Hermes y el leñador. Un leñador estaba cortando leña a la orilla de un río, por un descuido perdió su hacha. Después de dar por vencido buscándola, se sentó junto a la orilla del rio y se puso a llorar. El dios Hermes se compadeció de la tristeza del leñador, se arrojó al rio y de ella volvió con una hacha de oro ...
Un leñador que a la orilla de un río cortaba leña, perdió su hacha. Sin saber que hacer, se sentó llorando a la orilla. Compadecido Hermes de su tristeza, se arrojó al río y volvió con un hacha de oro, preguntando si era esa la que había perdido. Le contestó el leñador que no, y volvió Hermes a sumergirse, regresando con una de plata.
175 - Hermes y el leñador Un leñador que a la orilla de un río cortaba leña, perdió su hacha. Sin saber que hacer, se sentó llorando a la orilla. Compadecido Hermes de su tristeza, se arrojó al río y volvió con un hacha de oro, preguntando si era esa la que había perdido.
