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  1. A la cálida vida que transcurre canora con garbo de mujer sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que salva y que enamora, responde, en la embriaguez de la encantada hora, un encono de hormigas en mis venas voraces.

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  2. Hormigas, por Ramón López Velarde | poemas, ensayos y cuentos en Poéticous. A la cálida vida que transcurre canora. con garbo de mujer sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que salva y que enamora, responde, en la embriaguez de la encantada hora, un encono de hormigas en mis venas voraces. Fustigan el desmán del perenne hormigueo.

  3. Hormigas. de Ramón López Velarde. A la cálida vida que transcurre canora. con garbo de mujer sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que salva y que enamora, responde, en la embriaguez de la encantada hora, un encono de hormigas en mis venas voraces. Fustigan el desmán del perenne hormigueo.

  4. Hormigas. A la cálida vida que transcurre canora. con garbo de mujer sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que salva y que enamora, responde, en la embriaguez de la encantada hora, un encono de hormigas en mis venas voraces. Fustigan el desmán del perenne hormigueo.

  5. A la cálida vida que transcurre canora. con garbo de mujer sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que salva y que enamora, responde, en la embriaguez de la encantada hora, un encono de hormigas en mis venas voraces. Fustigan el desmán del perenne hormigueo.

  6. Hormigas - Poema de Ramon Lopez Velarde. HORMIGAS. A la cálida vida que transcurre canora. con garbo de mujer sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que salva y que enamora, responde, en la embriaguez de la encantada hora, un encono de hormigas en mis venas voraces. Fustigan el desmán del perenne hormigueo.

  7. HORMIGAS. A la cálida vida que transcurre canora con garbo de mujer sin letras ni antifaces, a la invicta belleza que salva y que enamora, responde, en la embriaguez de la encantada hora, un encono de hormigas en mis venas voraces. Fustigan el desmán del perenne hormigueo el pozo del silencio y el enjambre del ruido,