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  1. 16 de jul. de 2022 · En la madrugada del 24 al 25 de septiembre, murió en su cama de la Casa del Cordón de Burgos. Solo tenía 28 años. ¿Y el vaso de agua fría? Aguilar se muestra fascinado con este matiz de la...

    • Isabel

      Cuando llega la noche, saltándose todo el protocolo y todo...

  2. Felipe I de Castilla, llamado «el Hermoso» ( Brujas, 22 de julio de 1478- Burgos, 25 de septiembre de 1506), fue duque titular de Borgoña —como Felipe IV —, Brabante, Limburgo y Luxemburgo, conde de Flandes, Habsburgo, Henao, Holanda y Zelanda, Tirol y Artois, y señor de Amberes y Malinas, entre otras ciudades, entre 1482 y 1506, y rey iure uxor...

  3. Fue el 25 de septiembre de 1506, cuando Felipe I de 28 años murió repentinamente de fiebre tifoidea en Burgos. Como la muerte fue repentina, muchos creyeron que Fernando II lo envenenó. En ese momento, Juana estaba embarazada de su sexta hija, Catalina.

  4. Muerte. De la muerte de Felipe el Hermoso se sabe que, durante un partido de pelota en Burgos, en el palacio burgalés llamado Casa del Cordón en donde había estado bebiendo. Luego del juego, tomó mucha agua fría y se enfermó con altas temperaturas, aparentemente a raíz de una neumonía, lo que le ocasionó la muerte unos días después.

  5. 31 de may. de 2018 · Felipe el Hermoso, convertido en Felipe I de Castilla por su matrimonio con la heredera de los Reyes Católicos, había muerto de forma repentina y ello transtornó definitivamente a la reina, quien sufría depresiones desde hacia cinco años.

  6. Aunque las Cortes reunidas en Valladolid se negaron a declarar la incapacidad de la reina Juana, Felipe I el Hermoso ejerció el poder en solitario, repartiendo dádivas y prebendas entre los nobles para buscar su apoyo. Pero murió sin haber iniciado apenas su reinado, al beber un vaso de agua helada para refrescarse después de jugar a la pelota.

  7. 18 de jul. de 2023 · Pese a la leyenda de príncipe codicioso y marido insensible, Felipe el Hermoso dejó buen recuerdo en muchas de las personas que lo trataron. Así lo recoge el cronista Lorenzo de Padilla en la semblanza que trazó del soberano unas décadas después de su muerte.