Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. La Constitución española de 1856 fue conocida también como la "non nata" porque nunca llegó a ser promulgada a causa del "golpe contrarrevolucionario" del general Leopoldo O'Donnell que puso fin al bienio progresista del reinado de Isabel II de España y decretó la clausura las Cortes Constituyentes elegidas en 1854.

  2. El 8 de noviembre de 1854 se inauguraron las nuevas Cortes y se elaboró un proyecto de Constitución que no llegó a ver la luz puesto que, en septiembre de 1856, Isabel II disolvió las Cortes Constituyentes y dio el poder al general O’Donnell, restableciéndose la Constitución de 1845. Sin embargo, este texto, compuesto por 92 artículos ...

  3. La Constitución española de 1856 fue conocida también como la "non nata" porque nunca llegó a ser promulgada a causa del "golpe contrarrevolucionario" del general Leopoldo O'Donnell que puso fin al bienio progresista del reinado de Isabel II de España y decretó la clausura las Cortes Constituyentes elegidas en 1854.

  4. Constitución no promulgada de 1856. NOTA: Este texto fue aprobado por las Cortes Constituyentes, pero no llegó a promulgarse. Las Cortes Constituyentes en uso de sus facultades decretan y sancionan la siguiente Constitución de la Monarquía Española.

  5. 30 de mar. de 2007 · La Constitución de 1856, llamada 'non nata' porque no llegó a entrar en vigor, fue un proyecto nuevo y progresista, que reafirmaba el principio de la soberanía nacional, reconocía ampliamente los derechos políticos e instalaba, por primera vez en España, un régimen de tolerancia religiosa.

  6. Proyecto Constitución, Bienio progresista. Texto. La Constitución española de 1856 fue conocida también como la «non nata» porque nunca llegó a ser promulgada a causa del «golpe contrarrevolucionario» del general Leopoldo O’Donnell. Tipo de norma.

  7. 9 de oct. de 2014 · http://www.cepc.gob.es/docs/constituciones-espa/1856.pdf?sfvrsn=2. Esa Constitución representaba las ideas y organización del Estado del Partido Progresista. Sigue las líneas de la Constitución de 1837, ampliando la declaración de derechos, limitando el poder real y democratizando las cortes.