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  1. 18 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, 2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después ...

    • La Viuda Y El Juez en La Parábola
    • Hazme Justicia de MI Adversario
    • El carácter Del Juez de La Parábola

    El juez presentado aquí no tenía consideración por la justicia ni compasión por los dolientes. La viuda que le presentaba su caso había sido rechazada con persistencia. Repetidas veces había acudido a él, sólo para ser tratada con desprecio y ser ahuyentada del tribunal. El juez sabía que su causa era justa y podría haberla socorrido en seguida, pe...

    Los hijos del Señor no pueden contestar las acusaciones de Satanás. Al mirarse a sí mismos, están listos a desesperar, pero apelan al divino Juez y Abogado. Presentan los méritos del Redentor. Dios puede ser “justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”. Con confianza los hijos del Señor le suplican que acalle las acusaciones de Satanás, ...

    En la parábola de la viuda y el juez injusto, el carácter de dicho juez fue presentado por Cristo para demostrar la clase de juicio que se realizaba entonces y que pronto se iba a presenciar en su propio proceso. Deseaba que su pueblo de todos los tiempos comprendiese cuán poca confianza se puede tener en los gobernantes o jueces terrenales en el d...

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  2. Ver canal de Whatsapp. YouTube. La parábola de la viuda y el juez injusto – Lucas 18:1-8 (RV-1960) LUCAS 18:1-8. 18:1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, 18:2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 18:3 Había también en aquella ciudad ...

  3. Parábola de la viuda y el juez injusto También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, q.

  4. 2 —Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a nadie. 3 Había también en aquella ciudad una viuda que acudió al juez y le dijo: «Hazme justicia ante mi adversario». 4 El juez no le hizo caso durante algún tiempo, pero después se puso a pensar: «Aunque no temo a Dios ni tengo respeto a nadie, 5 voy a hacer justicia a esta viuda...

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