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Enrique XXIV de Reuss-Ebersdorf. Konventionstaler de 1766 con la efigie de Enrique XXIV. Enrique XXIV de Reuss-Ebersdorf (en alemán: Heinrich XXIV, Graf Reuß zu Ebersdorf; Saalburg-Ebersdorf, 22 de enero de 1724- Saalburg-Ebersdorf, 13 de mayo de 1779) fue conde soberano de la Casa de Reuss.
- 13 de mayo de 1779 (55 años), Saalburg-Ebersdorf, Condado de Reuss-Ebersdorf
- Alemana
Enrique XXIV fue el padre de la condesa, luego princesa Augusta de Reuss-Ebersdorf, abuela materna de la reina Victoria del Reino Unido y madre del rey Leopoldo I de Bélgica . Gobernantes de Reuss-Ebersdof. Condes Soberanos de Reuss-Ebersdorf (1678-1806) Enrique X, 1678-1711. Enrique XXIX, 1711-47. Enrique XXIV, 1747-79. Enrique LI, 1779-1806.
De Wikipedia, la enciclopedia libre. Enrique XXIV de Reuss-Ebersdorf (en alemán: Heinrich XXIV, Graf Reuß zu Ebersdorf; Saalburg-Ebersdorf, 22 de enero de 1724- Saalburg-Ebersdorf, 13 de mayo de 1779) fue conde soberano de la Casa de Reuss.
Enrique XXIV de Reuss-Ebersdorf (en alemán: Heinrich XXIV, Graf Reuß zu Ebersdorf; Ebersdorf, 22 de enero de 1724 - ibid. 13 de mayo de 1779) fue conde soberano de la Casa de Reuss. Hijo primogénito del Conde Enrique XXIX y de su esposa, la Condesa , sucedió a su padre como soberano de Reuss-Ebersdorf a su muerte, el 15 de octubre de 1747 ...
El Conde Enrique XXIX de Reuss-Ebersdorf (en alemán: Heinrich XXIX Reuß zu Ebersdorf; 21 de julio de 1699, Ebersdorf - 22 de mayo de 1747, Herrnhaag) fue un miembro de la Casa de Reuss (línea menor) y Conde de Reuss-Ebersdorf desde 1711 hasta su muerte.
- Casa de Reuss
- 21 de julio de 1699, Ebersdorf
- 22 de mayo de 1747, Herrnhaag
- Conde Enrique X de Reuss-Ebersdorf
También conocido como Heinrich XXIV Nace el 22 de enero de 1724 en Saalburg-Ebersdorf Fallece el 13 de mayo de 1779 en Saalburg-Ebersdorf
Augusta nació el 19 de enero de 1757, la segunda hija de Enrique XXIV, el conde Reuss de Ebersdorf y su esposa, la condesa Carolina Ernestina de Erbach-Schönberg. Su lugar de nacimiento, Ebersdorf, fue un centro del pietismo en Turingia y los abuelos de Augusta eran fervientes admiradores de este movimiento religioso.
