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  1. En 1169 María de Antioquía dio a luz un hijo, el futuro emperador Alejo II Comneno. Tras la muerte de Manuel en 1180 entró en un convento con el nombre de "Xena", pero en realidad siguió actuando como regente de su hijo. [2] Parece que fue amante de otro Alejo, el protosebasto y protovestiarios, sobrino de Manuel y tío de María Comnena ...

  2. María de Antioquía (1145-1182) fue una emperatriz bizantina por matrimonio con el emperador bizantino Manuel I Comneno, y regente durante la minoría de su hijo porfirógeno Alejo II Comneno desde 1180 hasta 1182. Vida. María de Antioquía era hija de Constanza de Antioquía y su primer marido Raimundo de Poitiers.

  3. María de Antioquía fue pretendiente al trono de Jerusalén de 1269 a 1277. Era hija del príncipe Bohemundo IV de Antioquía y de su segunda mujer Melisenda de Chipre. 1 Melisenda era la hija menor de Isabel de Jerusalén y de su cuarto marido, el rey-consorte Emerico de Chipre. 1 Como María era, al morir Conradino de Hohenstaufen, la única ...

  4. María de Antioquía-Armenia (1215-1257) fue señora de Torón desde 1229 hasta su muerte. Fue la hija mayor de Raimundo Rubén, príncipe de Antioquía, y Helvis de Lusignan. Desde su posición de señora de Torón reclamó el trono de Armenia de su padre. El último señor de Torón había sido Hunfredo IV, hermano de una de sus bisabuelas ...

  5. Vida y Biografía de María de Antioquía. (?-Constantinopla, 1183) Emperatriz bizantina. Contrajo matrimonio con Manuel I Comneno (1161). A la desaparición de su marido (1180), ocupó la regencia, con una política conveniente a los latinos. El usurpador Andrónico I la logró estrangular.

  6. María de Antioquía-Armenia (1215-1257) fue señora de Torón desde 1229 hasta su muerte. Fue la hija mayor de Raimundo Rubén, príncipe de Antioquía, y Helvis de Lusignan.

  7. San Ignacio de Antioquía da ya testimonio de este vínculo: "El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios" (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Ephesios, 19, 1; cf. 1 Co 2, 8).