Eduardo había desistido de apoderarse del trono francés —el tratado con Francia incluía la renuncia, a cambio de obtener la posesión legal de los territorios que dominaba, de sus pretensiones a la corona— [125] y por ello decretó en 1361 que la lengua oficial de Inglaterra fuese a partir de entonces el inglés, que sustituyó al francés, que lo había sido desde 1066 hasta entonces.
Como consecuencia, el 8 de mayo el Parlamento decretó de inmediato que Carlos II había sido el Soberano legítimo desde la ejecución de Carlos I en 1649. [12] Carlos partió hacia Inglaterra, desembarcando en Dover el 23 de mayo de 1660.