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  1. El Retrato de Enrique VIII es una pintura perdida de Hans Holbein el Joven que retrataba a Enrique VIII de Inglaterra. Fue destruida por el fuego en 1698, pero es todavía bien conocida a través de diversas copias. Es una de las imágenes más icónicas de Enrique, y uno de los retratos más famosos de cualquier monarca británico.

    • Hans Holbein el Joven
    • Renacimiento
  2. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. El retrato fue el género más popular en la Inglaterra de la época. A esto contribuyó el cisma de la Iglesia anglicana con la de Roma y que el rey Enrique VIII se convirtiera en cabeza visible de la primera. Con ello, la representación de los géneros pictóricos se restringió enormemente.

  3. Título: Retrato de Enrique VIII de Inglaterra; Creador: Hans Holbein, the Younger; Lugar de nacimiento del creador: Augsburgo, Alemania; Lugar de fallecimiento del creador: Londres,...

  4. Este famoso retrato del rey Enrique VIII de Inglaterra es sin duda una de las obras más emblemáticas de la propaganda política de la dinastía Tudor. Es un gran cuadro de 2,3 x 1,3 m copia de un original perdido de Hans Holbein el Joven, que se conserva en la Walker Art Gallery de Liverpool.

  5. 28 de ene. de 2024 · Pero el caso más trágico fue quizás el de Catalina Howard, una joven de apenas 18 años a la que el rey hizo decapitar por supuesto adulterio. Enrique VIII Edad Moderna. Guardar. Enrique VIII de Inglaterra, retrato por Hans Holbein el Joven. 1540. Galería Nacional de Arte Antiguo, Roma.

    • Glyn Redworth
  6. El Retrato de Enrique VIII es una pintura perdida de Hans Holbein el Joven que retrataba a Enrique VIII de Inglaterra. Fue destruida por el fuego en 1698, pero es todavía bien conocida a través de diversas copias. Es una de las imágenes más icónicas de Enrique, y uno de los retratos más famosos de cualquier monarca británico.

  7. Tras el rechazo al matrimonio de Cristina de Dinamarca y después de observar el favorecedor retrato de Ana de Cleves, en el que aparecía sin ninguno de sus rastros de viruela y urgido por las cumplidas descripciones que sus cortesanos hacían de Ana, Enrique VIII decidió casarse con ella.